Por Mario Metaza. Una defensa de las funciones del organismo regional, en la que se cuestiona la “difamación mediática” y deslegitimación de la elección directa de los miembros del mismo.
Tras haber presenciado la XXXIII Sesión del Parlamento del Mercosur que funciona en Montevideo, Uruguay, desde el 2007, la sensación que se impregnó fue la de un diamante en bruto que puede poner al bloque regional como la sexta potencia mundial. Estaría de más remarcar la cantidad y calidad de recursos naturales y humanos de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela (y prontamente Bolivia), pues se pone de manifiesto ante tanta intentona colonizadora y globalizadora de las potencias de occidente. En cambio, es menester señalar la voluntad de crear un organismo que funciona a partir de la hermandad político-ideológica y no abroquelada en supuestos intereses nacionalistas que se diluyen en negociaciones bilaterales vaporosas de las embajadas.
Esta asamblea parlamentaria, en cambio, aúna fuerzas que pueden disponer de herramientas con poder legislativo de peso que signifiquen un avance en la creación de normativas que tiendan a la integración regional suramericana y al trabajo mancomunado de las naciones miembros. La necesidad de democratizar el proceso de integración que impulsaran los gobiernos de Lula Da Silva y Néstor Kirchner, apostando a que la dinámica política disputase el rol central que tiene el comercio, consiguió que el Consejo del Mercosur creara esta herramienta que hoy baja a los pueblos como una oportunidad de participar de la estructura interna de la región de manera directa. Por ello, prejuicios anti-políticos y mediáticos de lado, la elección por voto popular es una decisión fundamental. Y es que, surgido a partir de la creación del Protocolo Constitutivo del Parlamento del Mercosur que fue firmado en 2005 por los entonces presidentes Néstor Kirchner, Luiz Inacio Lula Da Silva, Nicanor Duarte Frutos y Tabaré Vázquez, se prevé que la integración del Parlasur deberá nacer de la elección por los propios ciudadanos de cada país, a través del voto directo, universal y secreto de acuerdo con la legislación interna de cada Estado Parte. Quienes resulten electos no podrán desempeñar otro mandato o cargo legislativo o ejecutivo en sus países, y tendrán un mandato de 4 años, que comienza a regir el 10 de diciembre de este año.
De esta manera, para la Argentina habrá 24 representantes por distrito regional (uno por provincia más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) más 19 ciudadanos elegidos por distrito único nacional que representarán al país ante ese bloque regional de acuerdo a los resultados de los comicios. Para el resto de los países miembros del Mercosur, cada uno tendrá un peso vinculado a su volumen electoral, pero sin que ninguno pueda alcanzar una mayoría absoluta por sí sólo. De esa combinación salió entonces que Brasil tenga 75 diputados, la Argentina 43, Venezuela 33 y Paraguay y Uruguay 18 cada uno. Pero estos parlamentarios se integrarán de acuerdo a bloques político-ideológicos de común identidad de la misma manera que ocurre en ambas cámaras del Congreso Nacional. Ello hace a la democratización de la integración regional con una mayor fuerza nunca antes practicada en esta parte del mundo.
Por lo pronto, esta asamblea suramericana ya ha tenido un importante avance en el respaldo a los procesos democráticos de la región y sus representantes llevaron adelante 3 declaraciones fundamentales: respaldo a la voluntad soberana expresada en las urnas y a la legalidad de los gobiernos democráticamente electos en la región; repudio por la desaparición forzada de cuarenta y tres estudiantes Mexicanos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y respaldo y solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela ante la política con factores económicos transnacionales petroleros de Exxon Mobil y por la controversia territorial con República Cooperativa de Guyana afectando su soberanía política e independencia económica.
Finalmente, tras esta última sesión se echó por tierra la difamación mediática y la deslegitimación de la elección directa sobre el Parlasur surgida desde los grupos mediáticos concentrados y contrarios a esta integración sureña. A su vez, se evidenció el resurgimiento del neoliberalismo en todos los países mercosureños y en Ecuador. Históricamente han habido intentos de apropiación de recursos con modalidades distintas, algunas más sutiles conocidas como “golpe blando” y otras más directas como la explotación ilegal de recursos en las Islas Malvinas; por ello es importante la conformación de bloques que no se encierren en los intereses de cada país porque como vecinos y hermanos hemos sufrido las mismas vejaciones por parte de los buitres de afuera y los carroñeros de adentro.
Mario Alfredo Metaza
Diputado Nacional por Santa Cruz (FPV)
