El escrutinio definitivo de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) en la provincia de Buenos Aires del 9 de agosto pasado indican que María Eugenia Vidal (Cambiemos) amplió su ventaja sobre el resto de sus competidores y que Felipe Solá (Frente Renovador), quien había denunciado fraude, recuperó 88.000 votos.

El escrutinio que terminó este martes en el Teatro Argentino le permitió a Vidal ampliar la ventaja que obtuvo como la candidata más votada en la categoría de candidatos a gobernador y romper la barrera de los 30 puntos. Gracias a los 170.647 votos más que le sumaron, terminó con 30,07% en lugar del 29,43 por ciento computado el 9 de agosto a la noche.

Unas semanas después de la elección, el massista Felipe Solá denunció haber detectado una serie de maniobras que le habían restado 192.446 votos. El recuento final le permitió recuperar casi la mitad, ya que logró 88.749 sufragios más que los que le habían contabilizado y pasó de 19,55% a 19,67 por ciento.

Esa cifra no le alcanzó para superar a Aníbal Fernández en el segundo puesto. Aunque el jefe de Gabinete también cosechó 84.794 papeletas más, no le alcanzó para crecer en los porcentajes finales, sino que cayó una centésima y terminó en 21,16 por ciento.

Julián Domínguez, su rival en la interna del Frente para la Victoria, corrió la misma suerte y cayó de 19,17 a 19,05 por ciento. Si bien le contabilizaron 67.615 votos más, ese número no le alcanzó para evitar la variación negativa de 0,12 puntos porcentuales.

untos, Fernández y Domínguez acumularon 152.409 sufragios más para el kirchnerismo en la categoría gobernador. Visto por partidos, el oficialismo alcanzó el 40,21 por ciento. El jefe de Gabinete tendrá ahora el desafío de mantener ese porcentaje.

En el apartado de voto en blanco también hubo un importante incremento, que llevó los sufragios de 925.803 a 977.921, redondeando el 10,7% del total. Las papeletas anuladas, en cambio, tuvieron un ligero descenso y pasaron de 61.723 a 61.574.