Durante su esperado discurso en Casa de Gobierno, la presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, reivindicó el sistema electoral vigente y rechazó el voto electrónico, al aseverar que “no somos un país de fraudulentos o tránsfugas”.

“Quiero hacer un acto de desagravio al sistema electoral nacional”, arrancó Cristina, al destacar la “transparencia y eficiencia con que tuvieron lugar una vez más las elecciones presidenciales” del último domingo.

La jefa de Estado recordó que la boleta en papel permitió “que (Hipólito) Yrigoyen fuera dos veces presidente; que Juan Perón fuera tres veces presidente; que Raúl Alfonsín también fuera elegido; y que Néstor Kirchner con apenas con el 22% de los votos también fuera presidente”, al igual que ella misma, reelecta con el 54% en 2011.

Cristina criticó el hecho de “pretender que los ciudadanos son estúpidos, idiotas, o que no saben votar”, y recalcó que las boletas “no son papeles, son historias y visiones de país”, al comentar su preferencia por entrar al cuarto oscuro, elegir su voto e introducirlo en el sobre.

“No voy a permitir que eso me lo robe nunca ninguna máquina ni sistema que me quieran convencer”, ratificó la primera mandataria en alusión al pedido que la oposición formuló meses atrás para implementar el sistema de boleta única electrónica.

La presidenta reconoció entonces que “si el Parlamento decide (aprobar) el voto electrónico”, no iría a votar.

“No se puede someter a la democracia y al sistema político argentino como si fuéramos un país de fraudulentos o tránsfugas”, disparó, y consideró “curioso” que “cuando los resultados son mejores que los esperados, por arte de magia desaparecen todas las denuncias”.

Cristina concluyó que entonces “no había fraude, sino temor a no alcanzar la voluntad popular”, luego de la polémica desatada en Tucumán, donde el candidato a gobernador de la oposición denunció irregularidades ante la Justicia.