El Frente Renovador cuenta con el apoyo del oficialismo para quedarse con uno de los cargos que hoy tiene el kirchnerismo en el organismo de control.
El Frente Renovador de Sergio Massa pretende quedarse con uno de los tres representantes de la Cámara de Diputados en la Auditoría General de la Nación (AGN), para lo cual por ahora cuenta con el apoyo del oficialismo, que así evitaría que dos de ellos sean para el kirchnerismo.
El massismo fue el que presentó una de las tres medidas cautelares para frenar la designación del ex secretario de Justicia, Julián Alvarez, y del ex titular del Banco Nación, Juan Ignacio Forlón, como directores por la primera minoría en la AGN (el Senado renovará sus tres directores en abril de 2017), cuestionando el método y la fecha de su elección en la cámara baja.
Tras el freno judicial a Alvarez y Forlón, los cargos están pendientes y deberán ser definidos por la nueva correlación de fuerzas de la Cámara de Diputados en marzo próximo.
Según informaron a Télam fuentes de la cúpula del FR, la idea de Sergio Massa y la plana mayor del partido es que cuando el tema vuelva a ser debatido en el recinto cuando se inauguren las sesiones ordinarias se logre votar que vaya un director para el Frente para la Victoria, otro para Cambiemos y el tercero para ellos.
De hecho, Massa ya anunció a su equipo que delegará en Roberto Lavagna, jefe de sus equipos técnicos, la labor para definir un jurista de prestigio que ocupe ese directorio.
“La idea es tener un representante en el directorio y poder ejercer el cargo de control que nos asignó la gente, pero desde una postura constructiva, diferenciándonos de lo que será (Ricardo) Echegaray”, señaló uno de los miembros del FR, en alusión al ex titular de la AFIP que, por mandato constitucional, fue el elegido por la primera minoría opositora (FpV) para presidir la AGN.
Incluso, uno de los diputados del Pro aseguró que “el acuerdo ya está hecho con el massismo” para que la distribución sea de uno para cada sector, aunque desde el oficialismo preferirían que sea uno para la UCR y otro para el macrismo (algo de difícil concreción debido a la imperiosa necesidad del Gobierno de contar con los votos del FR en el Congreso).
