Por Myrian Juárez. Al cumplirse un año de la muerte del fiscal especial de la causa AMIA, la diputada nacional hace un homenaje a su memoria.
Una muerte que nos interpela como sociedad… un dolor que no cesa… un año sin saber: Qué, Cómo, Cuando, Por qué? El paso irremediable del tiempo y la incertidumbre acumulada impone “renovar credibilidad social”, pero como hacerlo cuando algunos límites están vencidos… cuando sostener una verdad -su verdad al menos- implicó perder, sacrificar, pagar con la vida.
Compleja y no menos angustiante nuestra realidad con institucionalidad avasallada… investigaciones fallidas, sistemas de inteligencia deplorables, informaciones falaces, intereses inconfesables, inseguridad permanente, impunidad reinantes casi “naturalizadas”. Los problemas con I son dificultades recurrentes del transitar diario, que describe una democracia agrietada por tantos obstáculos.
¿Cómo salimos? Necesitamos de más esfuerzos, de una sumatoria de compromisos sociales, de involucrarnos, de no guardar silencios cómplices…
La búsqueda y defensa de la verdad debe ser el camino irrenunciable… ahí debemos estar todos unidos en la certeza que el miedo y la impunidad no nos pueden ganar, porque la verdad es luz, no se puede “ocultar”, es liberadora de conciencias no se puede “encarcelar”, es aliada del tiempo no se puede matar.
La incomprensible muerte de un fiscal federal y la de muchas personas más nos exige mantenernos en la valiosa convicción de sostener que nos merecemos un país en el que ser valiente valga la pena…
En ese marco de esperanza repito junto a la inolvidable Eladia Blázquez este grito de fe:
Merecer la vida no es callar y consentir,
Tantas injusticias repetidas…
¡Es una virtud, es dignidad!
Y es la actitud de identidad ¡más definida!
Eso de durar y transcurrir
No nos da derecho a presumir.
Porque no es lo mismo que vivir
¡Honrar la vida!
#NISMAN… “descansa en PAZ en el INFINITO ETERNO”… Amén
