El gobernador de Jujuy y aliado del presidente, Gerardo Morales, promovió una denuncia contra la dirigente Milagro Sala por “instigación a cometer delitos y tumultos” por un acampe de protesta frente a la gobernación provincial. La detención la ordenó el juez Raúl Gutiérrez y la ejecutó personalmente el ministro de Seguridad provincial. Consumando, de esta forma, la primera detención por razones políticas del nuevo gobierno.

Menos de un mes pasó desde que Mauricio Macri pidió en un cumbre del MERCOSUR por la pronta liberación de los presos políticos de Venezuela: “en los Estados parte del MERCOSUR no puede haber lugar para la persecución política por razones ideológicas ni para la privación ilegítima de la libertad de los que piensan distinto”, dijo.

Desde hace 45 días la restauración conservadora avanza con voracidad, arremetiendo contra derechos y conquistas sociales y políticas. Un aluvión de decretos reemplazó la función del Congreso, y con ellos se removieron funcionarios, se despidieron trabajadores, se acallaron voces críticas y se modificaron organismos descentralizados.

¿Cuál es el delito en promover un acampe en una plaza pública? ¿Contra el cumplimiento de qué ley provincial o nacional se alzó Milagro Sala? No importa. Pareciera inaugurarse la era de la persecución política del Estado, la misma que se critica en Foros Internacionales cuando el preso es un aliado del capital trasnacional.

Levantamos la voz para que se ponga fin inmediato a esta doble moral que desde el Estado lo único que pretende es servir a los intereses de minorías en nombre de todos. Se están violando garantías democráticas elementales, mientras el país es entregado a la voracidad de los gerentes de las multinacionales.

¡Libertad inmediata de Milagro Sala!