Macri acaba de concretar un feroz aumento de las tarifas de luz sobre el 80% de los usuarios de Edesur y Edenor; es decir sobre casi 4 millones de personas.

Cierto es que Cristina Kirchner introdujo, por inocultables intereses políticos propios, en las tarifas como en otras áreas, insostenibles distorsiones. Cualquier gobierno que llegara, incluido el de Scioli, hubiera tenido que abordar el problema de las tarifas vigentes que tenían altísimo grado de subsidios. Pero de ahí a lo que acaba de hacer el gobierno del PRO hay un largo trecho.

Por lo pronto, las empresas distribuidoras recibieron por el congelamiento tarifario en 10 años, 51.000 millones de dólares. Una enorme suma de plata que, ciertamente no invirtieron demasiado en mejorar el servicio. Es mas, hay denuncias de que derivaron parte de ese dinero al sistema financiero para obtener rentas allí. Investigó esto Macri? Hizo auditorias antes de aumentar las tarifas? No, claro, no lo hizo.

Nos preguntamos nosotros además, no evaluó el gobierno que los aumentos fueran graduales para no afectar a amplios sectores sociales ya golpeados por los aumentos de precios derivados de la devaluación? No, claro, no tuvo en cuenta Macri esto.

En concreto, mientras a los sectores concentrados del campo, la industria y las finanzas se los beneficia de distinta forma (quita de impuestos, tasas de interés, etc), a las mayorias populares se las agrede.

No alcanza a ocultar el argumento de lo que dejó el kirchnerismo, que es real en muchísimas cosas, la estrategia del gobierno macrista, de hacer recaer las consecuencias de aquello en la ciudadanía de menores recursos; beneficiando paralelamente a los grandes empresarios y a los mas pudientes.

Difícil encontrar en este gobierno de CEOS del establishment sensibilidad social.

Tampoco, que este camino que se elige vaya a llevar a disminuir la pobreza y la inequidad social. Por el contrario la aumentará.