Elogiado por Cristina Kirchner, que cuando el año pasado pidió un “baño de humildad” lo puso como ejemplo, pues de ser jefe de Gabinete se proponía como intendente de Resistencia, Jorge Capitanich contribuyó con su “sacrificio” al triunfo peronista en el Chaco. Pero ahora el hombre se da cuenta de algo obvio: que puede perder presencia en la gran pelea nacional, a partir de haber bajado escalones jerárquicos. Pero más que eso, estar confinado a una actividad que lo aleja de las grandes luces.

Y el hombre tiene sus aspiraciones. Porque cuando aceptó dejar la gobernación -no del todo, tomó licencia- para asumir como jefe de Gabinete del Gobierno de CFK, lo suyo no era altruismo puro, sino que sus aspiraciones iban bien alto. Si le iba bien, descontaba que podría convertirse en el candidato presidencial oficialista. Pero las cosas no fueron como esperaba y su hiperactividad como funcionario terminó sirviéndole de poco, más bien todo lo contrario. Su nivel de conocimiento llegó bien alto, pero también su imagen negativa.

Ahora está pensando en tratar de comenzar a revertir esa cuesta. Por eso salió a hacerse ver dando sugerencias para la recomposición del peronismo. Querría presidir el partido; no será fácil. Pero atento a la posibilidad de visibilizarse a nivel nacional, a sabiendas de que el Congreso será un ámbito muy observado en los próximos tiempos, y teniendo en cuenta que en el Senado estarán los focos este año y después de 2017, cuando precandidatos presidenciales puedan recalar en ese recinto, el Coqui piensa cómo retornar. No es tan difícil: por algo figuró en 2013 en las listas como senador suplente.

Según pudo saber Parlamentario, Capitanich ya le habría hecho saber a Eduardo Aguilar que muy probablemente en los próximos meses deberá renunciar para volver a la provincia como funcionario. Y él asumirá en su lugar, donde tanto se destacó como senador nacional.