La bancada kirchnerista expresó su repudio contra el procedimiento realizado el miércoles por la noche, cuestionando que haya sido hecho en horario nocturno, e inscribiendo el hecho en “un proceso de persecución ideológica y disciplinamiento social”
El bloque del Frente para la Victoria declaró su “enérgico repudio” frente a los allanamientos realizados la noche del 10 de febrero contra los domicilios de tres exgerentes de la agencia oficial de noticias
Télam, a los que se acusa de haber sustraído de manera irregular documentación de esa empresa estatal.
Esta semana se conoció un video con una grabación de cámara de seguridad donde se veía a tres empleados ingresar con cajas a un ascensor.
Ante ello y a instancias de la denuncia efectuada por el presidente de Télam, Rodolfo Pousá, a instancias del ministro de Medios Públicos, Hernán Lombardi, el juez federal Ariel Lijo dictó órdenes de allanamiento contra las casas de los empleados y exempleados de la agencia Télam que aparecen en los videos. El allanamiento se produjo a pedido del fiscal que interviene en la causa, Guillermo Marijuán.
Los legisladores dan cuenta de que en ese marco, personal de Gendarmería “amenazó con llevarse detenidos sin una orden a quienes estaban siendo allanados, bajo la figura de averiguación de antecedentes”.
A través de un comunicado, los diputados kirchneristas sostienen que “los allanamientos en horario nocturno deben tener carácter excepcional, sólo en casos en los que peligre el orden público. El artículo 225 del Código Procesal Penal vigente sostiene que 'cuando el
registro deba efectuarse en un lugar habitado o en sus dependencias
cerradas, la diligencia sólo podrá realizarse desde que salga hasta que se ponga el sol. Sin embargo, se podrá proceder a cualquier hora cuando el interesado o su representante lo consienta, o en los casos sumamente graves y urgentes, o cuando peligre el orden público'”.
El FpV habla de una “falta absoluta de pruebas sobre un supuesto delito”, y cuestiona “la celeridad y la oportunidad de la medida, que interpretan demostrativa del “carácter persecutorio de lo sucedido durante la jornada del miércoles por la noche”.
Así las cosas, toman el hecho como “un acto de intimidación”, cuyo objetivo sería “intimidar a los trabajadores Juan Dasso Freysz, Pablo Taricco y Mariana Lopisi, para así forzar la renuncia de los últimos dos a sus puestos de trabajo sin reclamar lo que le corresponde de acuerdo a la ley”.
“El objetivo general es enviar un mensaje a toda la sociedad el cual se inscribe en un proceso de persecución ideológica y disciplinamiento social”, concluyen.
