Los bloques de las diversas expresiones políticas que tiene la Legislatura de la provincia de Buenos Aries vuelven a tensionarse luego de haber definido las autoridades de ambas cámaras. Ahora las tensiones externas, pero también internas, se dan por el reparto de las comisiones, donde además cuentan los representantes legislativos en el Consejo de la Magistratura.

Especial situación vive la bancada de diputados de Cambiemos que conduce el ricardista devenido en vidalista Miguel “Pato” Silvestre. Sucede que en Cambiemos hay muchos heridos: los ministros de María Eugenia Vidal, según relatan algunos, tienen mejor trato con “algunos aliados de último momento”, entiéndase el massismo, “que con nosotros, los que estuvimos desde una principio”.

Pero además la situación se agrava aún más pues una minoría dentro del colectivo es la que tiene la responsabilidad de conducir. En principio, la decisión general fue que el Pro se quedaba con la vicepresidencia de la Cámara y la comandancia del bloque quedaba en la UCR.

Como se sabe, la UCR tiene dos grandes terminales en esta coyuntura histórica: por un lado están los que trabajaron el acuerdo con el Pro y quienes se opusieron desde un principio. Como Salvador, el principal negociador con el Pro, no le pudo conseguir un ministerio al ricardismo, se desquitó con la presidencia del bloque de diputados de Cambiemos e impuso al dirigente Silvestre, aunque por escaso margen y en función de compromisos concretos, y por la voluntad de apenas seis diputados. Es decir sólo seis diputados estaban convencidos que el actual presidente de bancada debía ser, en un bloque de 28; no parece mucho.