Por Diana Goral. Fiscal federal en lo Criminal, la autora advierte sobre la necesidad de contar con voluntad política para poner coto al crecimiento del delito.
La existencia del crimen organizado en Argentina era negada hasta hace muy poco tiempo con vehemencia. Me han llegado a decir que no existía, que no era nuestro problema. La narco criminalidad, la explotación de las mujeres, el tráfico de bienes, todos esos eran problemas de otros.
Lamentablemente, tal como expresó días atrás el máximo representante de la Corte Suprema de Justicia, el narcotráfico ha crecido en los últimos diez años. Cuánto creció y dónde, son preguntas que tienen que movilizarnos a encontrar respuestas antes de que nos encontremos frente a una situación inmanejable. Es por eso que, junto a Semanario Parlamentario, estoy trabajando en la organización de una Jornada Legislativa para abrir el debate, fortalecer la capacidad de análisis y comprender las características y patrones evolutivos de la criminalidad organizada en Argentina y el Mercosur.
Necesitamos comenzar a trabajar en herramientas que nos permitan cercar el poder de las organizaciones clandestinas que actúan con impunidad y para eso es preciso crear con urgencia figuras legales con las que podamos combatir el delito desde la justicia. Tres de estas figuras son la del “agente encubierto”, persona clave que trabaja y se expone desde adentro de las asociaciones ilícitas, la del “arrepentido”, que tiene representación legal solo en causas concernientes al narcotráfico (Ley 24.424), y la tercera figura necesaria es la de “entrega vigilada”, imprescindible para incautar envíos sospechados de contener sustancias ilegales.
Con la modificación de la ley del Ministerio Público Fiscal, y la creación de una Subprocuraduría dedicada al Crimen Organizado, lograríamos algo sin precedentes en nuestro país: el nivel necesario para el análisis, debate, e impulso de herramientas de control del crimen organizado fundamentales, y además el perfeccionamiento de las diferentes fuerzas de seguridad para que puedan trabajar con técnicas avanzadas en cada una de las áreas. ¿Es posible controlar el crimen organizado? Tal como hace años me dijo el colega italiano y amigo Giusto Sciacchitano, ex Procurador Nacional de la Dirección Nacional Antimafia de Italia, para ganar la lucha contra el crimen organizado se precisa de todo, pero si el caldo de cultivo para que las asociaciones ilícitas prosperen es la corrupción, no quedan dudas de que lo más importante es la voluntad política.
La autora es fiscal General en lo Criminal. Fiscal Antimafia desde 1998. Miembro Titular de la International Association of Penal Law de París, Francia.
