La diputada porteña Paula Oliveto Lago celebró que la Ciudad de Buenos Aires se haya podido hacer cargo finalmente del control del juego en el distrito, cosa que consideró “una deuda histórica” que tenía con los vecinos y su Constitución. Y aclaró que no se trata de un traspaso, sino de “un reconocimiento de jurisdicción”, a partir del cual la ciudad “va a poder determinar el pago de ingresos brutos, cobrarlo, que es una deuda muy importante que tiene el grupo que administra el juego en la ciudad”.

En diálogo con Parlamentario TV, la diputada de la Coalición Cívica consideró “muy beneficiosa” la gestión de la nueva administración porteña durante estos seis meses, a partir de que la Ciudad se ha podido hacer cargo además de la policía y está en vías de hacerlo con la Justicia, entre otras cosas. “Este reconocimiento del estatus de la ciudad es un reconocimiento histórico de nuestra autonomía”, dijo.

Tras apuntar que el traspaso de la policía permitirá “clarificar” jurisdicciones, explicó que durante el Gobierno de Cristina Kirchner en cada episodio delictivo se generaba una discusión de jurisdicciones que “evitaba que llegara la policía en tiempo y forma, y eso beneficiaba a las mafias y los delincuentes”.

Por otra parte, expresó su profunda preocupación por la situación del cordón sur de la ciudad. Oliveto contó que ella es de Mataderos, “y la verdad que esa zona está muy caliente, y estamos en una situación complicada que el Gobierno de la ciudad y el nacional tienen que atender”.

Al respecto, informó que está estudiando “la posibilidad de declarar la emergencia en seguridad en la zona sur”, por cuanto “es terrible lo que está pasando. Hay bandas del crimen organizado que están operando en la zona sur, incluso se copia el modelo que hay en las zonas del narcotráfico más graves, como Rosario, que a su vez copió el modelo de los carteles de Medellín y Cali”.

“Las organizaciones mafiosas se han enquistado sobre todo en la zona sur de la ciudad, donde ya tienen soldados, soldaditos y demás”, apuntó la legisladora, que advirtió que “un soldadito gana mucho más que su padre que va a las 5 de la mañana a la fábrica”, con lo que se va perdiendo la cultura del trabajo.