Toda ley tiene un texto y un contexto. Una definición que se cumple a rajatabla con el Fondo de Recuperación Histórica del Conurbano que este año cumple 20 años desde su congelamiento decidido por Carlos Menem. Cuatro años atrás el mismo presidente lo había impulsado en el marco de su estrecha relación con Eduardo Duhalde, que después se enfrió. Ahora la gobernadora María Eugenia Vidal inició una cruzada para sacarlo del freezer.
“Te prometo que una de las primeras medidas después del 10 diciembre será que la Provincia disponga nuevamente en forma íntegra del Fondo de Reparación Histórica del Conurbano”. La promesa, entre otras, partió de la boca de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner hacia los oídos y la conciencia peronista del entonces ministro del Interior Florencio Randazzo. La revelación de este histórico diálogo a la que accedió Parlamentario de fuentes confiables, sucedió en la Quinta de Olivos, donde el funcionario había sido citado para intentar revertir su decisión de mantenerse firme en la promesa de que si no era candidato presidencial, no sería candidato a nada.
Los hechos se habían acelerado a partir del anuncio, en la jornada anterior, de que Daniel Scioli tendría como compañero de fórmula presidencial a Carlos Zannini. Obviamente CFK había resuelto también ofrecerle a Randazzo encabezar la pelea por la gobernación de Buenos Aires, pero no contaban con el hecho de que el hombre de Chivilcoy tenía resuelto ser recordado, sino como candidato presidencial, como el hombre que cumplió con sus palabras.
Cuando ingresaron a la reunión Eduardo “Wado” de Pedro, Máximo Kirchner y Zannini, percibieron por los rostros que había fracasado el agónico intento de la entonces presidenta de la Nación, hasta entonces acostumbrada a quien nadie le dijera que no.
Fue una situación impensada que cambió dramáticamente la situación electoral, y quedó claro cuando la presidenta abrió el juego para el trío de precandidatos que quedaba -Aníbal Fernández, Julián Domínguez y Fernando Espinoza-, para que arreglaran entre ellos cómo definir el candidato a gobernador. Se acordó que Randazzo siguiera en el cargo, aunque el funcionario pensó que tarde o temprano le pedirían que diera un paso al costado. No sucedió, pero al día de hoy todavía subsiste en el seno del Frente para la Victoria el recelo hacia el exministro, al que más de uno adjudica directamente la pérdida del Gobierno.
Lo cierto es que la promesa de restaurar el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano, entre otras, quedó en la historia electoral del final de los 12 años K.
Las razones de fondo
El Fondo de Reparación Histórica del Conurbano Bonaerense fue una de las condiciones que Eduardo Duhalde le impuso a Carlos Menem en 1991 para aceptar renunciar a la vicepresidencia y presentarse como candidato del PJ a gobernador bonaerense.
El presupuesto del Fondo fue fijado en el 10 por ciento de la recaudación del impuesto a las Ganancias. En 1992, cuando se creó, eran 300 millones. La expansión en la recaudación de ese gravamen elevó el total a unos 650 millones de pesos anuales. Claro que no todos estuvieron de acuerdo con que esa enorme cantidad de recursos se destinaran automáticamente a la gobernación bonaerense. El argumento del candidato del PJ para crear el Fondo se basó en que la provincia de Buenos Aires estaba retrasada desde hacía años en el reparto de los impuestos por la Ley de Coparticipación Federal y que en el conurbano bonaerense viven muchas personas que llegaron desde distintas provincias. Los caudillos del interior respondieron diciendo que si esos recursos se destinaran a los lugares de origen, las causas de la migración interna serían anuladas.
Los principales dirigentes del interior intentaron en varias oportunidades anular el Fondo del Conurbano, y solo la presión personal de Menem permitió que se mantuviera inalterable a lo largo del tiempo. Es que el presidente necesitaba a toda costa el apoyo de Duhalde para su reelección, que tenía en la mira, reforma constitucional mediante.
En 1995, se prorrogó la vigencia del Fondo pese a los intentos de los gobernadores peronistas, que reclamaban un trato igualitario para todas las provincias.
Otra de la razón de la creación del Fondo era (y es) que alrededor del 40 por ciento del padrón electoral nacional tiene su residencia en la provincia de Buenos Aires, lo que lógicamente tiene un peso no menor, siempre vigente. Más a partir de que le reforma constitucional impulsada en la misma gestión menemista cambió la elección presidencial al eliminar el Colegio Electoral, trocándolo por distrito único.
Con ese fondo, Menem y Duhalde contaban con una herramienta económica estratégica para consolidar el proyecto que ambos juraban defender más allá de las diferencias y de las quejas de los gobernadores propios y ajenos, lo que finalmente aceptaron es decisión de la dupla.
Con el correr de los años, la dupla Menem-Duhalde se fue licuando, dado que cada uno tomaba su propio camino político e institucional hasta llegar a un límite de ruptura que culminó con la decisión de Carlos Menem de congelar la cifra inicial y dejarlo en 650 millones de pesos, más allá de las turbulencias inflacionarias.
Un golpe a Eduardo Duhalde que lógicamente nunca dirigió, pese a las declaraciones públicas en sentido contrario. Es que de los dichos a los hechos hay una larga distancia, con más razón, en la dirigencia política, no en toda por supuesto.
Partidas especiales
Dos décadas después del congelamiento, nadie de quienes se sucedieron en el primer piso de Balcarce 50, intentaron modificarla o anular la ley. Todos se limitaron a recibir los pedidos de revertir ese cuadro de situación financiera, pero nunca se tocó ni una moneda.
Fernando de la Rúa no tuvo interés en alimentar los recursos de un eventual rival como era Carlos Ruckauf, ni tiempo tuvo para analizarlo seriamente; Eduardo Duhalde, que sabía de las necesidades de Felipe Solá, tampoco se preocupó por eso, pues otras preocupaciones concitaban su atención, y Néstor Kirchner impuso una relación diferente entre los presidentes y los gobernadores bonaerenses: directamente los salteaba. El manejo de la caja le permitía tener una relación directa con los intendentes, sin necesidad de tener al gobernador como intermediario. Un mano a mano que potenciaba los acuerdos electorales en forma directa, como sucedió no sólo Buenos Aires, sino en todas las provincias.
Las partidas especiales contempladas en el Presupuesto, estaban a disposición de Fernando de la Rúa, paradójicamente también en la gestión de Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner y hasta ahora por Mauricio Macri, para cooptar o disciplinar, según sea el interlocutor.
Partidas que le permiten oxigenar los presupuestos provinciales o municipales, para concretar determinadas cuestiones, en particular las obras públicas, o pagar salario,s como sucedió al inicio de la gestión de Macri con la provincia de Buenos Aires, Capital Federal y Jujuy, por citar tres ejemplos.
Financiamiento actual
Lo cierto es que en 1992 se creó el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano Bonaerense (popularmente conocido como el Fondo del Conurbano Bonaerense, FCB), el cual, en un intento de generar una especie de compensación, asignaba como dijimos el 10% de la recaudación del Impuesto a las Ganancias a la provincia de Buenos Aires.
El trabajo realizado por Gabriel Balbo y Héctor Zacaria señala que en 1996 se establece el tope máximo de $650 millones al monto percibido por la provincia de Buenos Aires y el excedente comienza a distribuirse entre el resto de las provincias, según el mismo coeficiente que se utiliza para la coparticipación -técnicamente los coeficientes de distribución secundaria-.
La recaudación por el impuesto a las Ganancias creció de $3.792 millones en 1996 a $263.880 millones en 2014, parte por la inflación, parte por las (mejores) negociaciones salariales, parte por la falta de actualización del mínimo no imponible y las distintas escalas del tributo (agrandando la base de contribuyentes del impuesto), y parte por la mayor propensión al pago del tributo.
Luego el informe de Balbo y Zacaria asevera que en 1996 el tope no estaba operativo, durante la última década no sólo que comenzó a estarlo, sino que se empezó a generar una distorsión que ha desembocado en una inequidad aun mayor a aquella que el FCB quería atenuar.
Tan es así que casi todas las provincias -excepto La Pampa, Neuquén, Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego- percibieron más recursos por el Fondo del Conurbano Bonaerense que la propia provincia de Buenos Aires.
El FCB en 2014 representaba un monto de $26.388 millones, de los cuales Buenos Aires sólo ha podido recibir $650 millones (el tope, equivalente a un 2,5% del total) y el resto de las provincias se han repartido los restantes $25.738 millones.
Ante esta realidad, la gobernadora María Eugenia Vidal se puso al frente del reclamo para modificar esta situación, ya que el actual Fondo del Conurbano Bonaerense genera aun mayores distorsiones sobre el porcentaje de fondos coparticipables que debería recibir la provincia de Buenos Aires.
Cabe consignar que una modificación del actual status quo -vale decir una actualización del tope como hipótesis de mínima- generará un conflicto con el resto de las provincias, que recibirían menos fondos de los que actualmente perciben.
Recuperar lo nuestro
Sin lugar dudas que la delicada situación financiera de la provincia de Buenos Aires lleva a la gobernadora María Eugenia Vidal a instalar en la política nacional la imperiosa necesidad de que llegue a su fin el congelamiento de 650 millones de pesos.
De cada 100 millones de pesos que se recaudan en el país, 37 son aportados por Buenos Aires, que recibe en devolución apenas 18. Ese es uno de los argumentos centrales de la actual mandataria y su equipo.
Una embestida que cuenta con el apoyo de todas las fuerzas políticas bonaerense con representación parlamentaria, tanto en la ciudad de La Plata como en el Congreso de la Nación, y lógicamente el respaldo de empresarios, sindicatos y de la Iglesia.
Es que a diferencia del Gobierno nacional, Vidal tiene un funcionamiento institucional que se basa en los acuerdos con los partidos políticos, como lo demuestra que el presidente de la Cámara de Diputados sea del Frente Renovador, que el del Senado sea un radical, y que en la dirigencia del Banco Provincia, entre organismos estatales, cobijen a todos quienes tienen un peso a la hora de las decisiones.
En ese contexto se ubica la reciente incorporación de Gustavo Ferrari como ministro de Justicia, con una militancia junto a Francisco de Narváez y Daniel Scioli. Un indicador de que el andar frentista de Vidal apunta a la convicción de que el consenso es fundamental para enfrentar los desafíos de la gobernación, en un tiempo económico nada sencillo.
Todos por el fondo
La misión de Vidal cuenta seguramente con el visto bueno del presidente de la Nación, aunque se conjetura que tanto el jefe de Gabinete, Marcos Peña, como el ministro Rogelio Frigerio, serán los encargados de monitorear los avances de esta movida que deberá plasmarse en un proyecto de ley que deberá recorrer los recintos de senadores y diputados nacionales, previo paso por las comisiones, lo cual anticipa un largo andar a partir del momento de su presentación, que estiman fuentes oficiales será en el segundo semestre de este año.
Precisamente le correspondió al jefe de Gabinete nacional enfatizar que el Congreso de la Nación debe responder el pedido de cambiar el ahogamiento financiero que sufre la provincia, según los bonaerenses.
“El PEN considera que el hecho de que siga fijo el monto de 650 millones de pesos de Buenos Aires es injusto. Sin embargo, la modificación del monto no depende únicamente del Estado nacional, sino que está sujeta a aprobación del Congreso nacional”, expresó Peña como respuesta a una de las más de mil preguntas formuladas en su primer informe como jefe de Gabinete, en el Senado de la Nación.
En las reuniones públicas y privadas, Vidal manifiesta que “no hay ninguna provincia del país que tenga la cantidad de pobres que tiene Buenos Aires”, al tiempo que afirma que “el fondo que le corresponde a la provincia de Buenos Aires es de 47 mil millones de pesos anuales. Además de participar del Fondo de Infraestructura Social”.
La postura de los gobernadores
Funcionarios del Gobierno nacional y senadores y diputados nacionales no solo del oficialismo, sino de los principales partidos con representación parlamentaria consultados admiten que no será una tarea fácil su aprobación porque la misma no solo depende del visto bueno presidencial, sino de los gobernadores, los que hasta ahora guardan silencio sobre esta propuesta.
Lógicamente nadie quiere apresurar una respuesta, como es costumbre y más en estos tiempos, antes de conocer el texto de la ley y fundamentalmente si ellos no serán discriminados en la repartija financiera.
Por esas ironías de la historia, parece a simple vista un revival de la histórica pelea entre unitarios y federales, en términos políticos.
En cuanto a la presentación en el Congreso de la Nación, ninguno de los consultados por Parlamentario arriesgó una fecha, pero todos coinciden en declarar que demandará mesurar antes las posiciones, no solo de los bonaerenses, sino de los gobernadores, más allá de su colores políticos, dado que nadie, se conjetura, va a querer aparecer ante su electorado cediendo sus pretensiones; no las de ahora, sino las de siempre, aunque ahora la pelea por una distribución tiene condimentos.
Es que el sinceramiento de la economía repercute a lo largo y ancho del país, por lo que descongelar después de 20 años del Fondo de Recuperación Histórica del Conurbano será una de las leyes que más polémica va a generar.
Apoyo
El debate por el descongelamiento del Fondo también generó en la Legislatura provincial el pleno apoyo de todos los bloques y lógicamente a la movida de la gobernadora María Eugenia Vidal. En ese sentido Marcelo Daletto( Cambiemos), presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja presentó un proyecto de declaración para que el Poder Ejecutivo provincial realice el reclamo ante el Congreso nacional a los fines de eliminar el tope, mientras que el ministro de Economía, Hernán Lacunza afirmó que la coparticipación de Buenos Aires pasó del 25% a 18 en ocho años porque el Fondo del Conurbano quedó con un tope de 650 millones para la Provincia, cuando en realidad recauda 43.000 millones por año que van al resto de las provincias.
Por su parte el titular de la bancada de diputados del FpV-PJ, Walter Abarca abogó que la Legislatura abra el debate sobre el Fondo del Conurbano para que “nuestra Provincia no continúe sufriendo más pérdida de recursos”; mientras que el senador del FpV Juan Manuel Pignocco considera que “se necesita esta reforma porque Buenos Aires es la Provincia que genera más riqueza y actualmente es la más postergada en comparación con todo lo que genera”.
A su turno, el diputado del Frente Renovador Pablo Garate señaló que “es un acierto político dar la discusión y un signo de apertura a la vez teniendo en cuenta que la cámara cuenta con un mismo proyecto de nuestra autoría”.
