Todos los bloques de la oposición, a excepción del Frente para la Victoria, ya habían anunciado su respaldo a Cambiemos para aprobar la resolución que autoriza el allanamiento que Julio De Vido había frenado por sus fueros. Fue entonces cuando Elisa Carrió decidió cargar contra todos.

“Cuántos de los que están acá cenaron con De Vido para pedirle obra pública”, cuestionó la diputada, fiel a su estilo de no callarse nada. Y más tarde reforzó: “a tal punto es oportunista la política argentina que quiere tratar en un día lo que no trataron en 12 años”.

En particular, Carrió la emprendió contra sus pares del Partido Socialista. “Lo ví al exgobernador (Hermes) Binner abrazado con De Vido e inaugurando obras”, apuntó. Pero también la ligó el Frente de Izquierda: “la diferencia es que ustedes denuncian acá pero no hablan afuera”.

En este marco, Carrió enalteció su figura al remarcar: “fui la que dije que De Vido era cajero de Kirchner en el año 2004”. “Es el más grande cajero del expresidente y de la expresidenta Kirchnner a lo largo del tiempo. Y López solo es el valijero”, agregó, en alusión al exsecretario de Obras Públicas detenido con un arma y casi nueve millones de dólares.

“Quiero condena y justicia para el señor De Vido; pero ya viene…”, cerró Carrió.

Antes, la diputada había dicho estar “orgullosa” de todos los dirigentes políticos que formó, desde la creación del ARI durante el gobierno de Fernando De la Rúa. “He dado más de 100 diputados nacionales sin financiamiento empresario”, dijo en su defensa a Fernando Sánchez, su mano derecha, que había sido atacado previamente por Diana Conti.

Las réplicas

Todos salieron a contestarle. De Vido se limitó a decir que “Carrió es la dueña de la verdad y no se puede discutir con ella”. Alicia Ciciliani, jefa de los diputados socialista, utilizó el mismo calificativo, y hasta le recordó las denuncias de corrupción que pensan sobre sus aliados del Pro. “No nos vamos a sumar al circo (…) No queremos más Niembro, no queremos abrir la delegación del gobierno de la Ciudad de Rosario para justificar la campaña del Pro”, apuntó.

Y defendió a su mano derecha, el exgobernador santafesino Hermes Binner, sentado a su lado. “La sociedad argentina espera de la política y de sus representantes la verdad. Se agravia a un dirigente político que ha dado su vida y tiene una trayectoria de vida que nadie puede objetar ni en la política ni en lo judicial, donde tuvo que recurrir a la Justicia para pedirle lo que le correspondía a la ciudad de Santa Fe y a la denuncia de Santa Fe donde no tuvimos una sola obra pública financiada por De Vido”, lo defendió.

Miriam Bregman, de la izquierda, tampoco se quedó callada. “Con nuestra militancia hablamos todos los días (…) No hablamos de la corrupción de un solo lado; hablamos de la ‘Patria Contratista’ de los Caputo, de los Calcaterra”, dijo, en alusión a los supuestos testaferros de Macri. Y denunció que Carrió “confía en jueces como Rodríguez, que siempre se alían a los gobiernos”.