La visita del ministro de Energía, Juan José Aranguren, desplazó el debate por la reforma electoral en la Cámara de Diputados, que se reanudará el próximo jueves a las 15, mientras el oficialismo intenta arribar a un consenso con la oposición.

El plenario que discute la implementación de la boleta electrónica iba a reanudarse el martes a las 14, pero la presentación del funcionario, forzada por toda la oposición, obligó a postergar la discusión.

Cambiemos aun no definió si firmará dictamen el jueves; todo dependerá del grado de consenso alcanzado con los bloques de la oposición, dado que al momento de debatir en el recinto necesita una mayoría de 129 votos.

El oficialismo no descarta entonces ir a una tercera reunión, aunque el jueves tiene la intención de analizar modificaciones y “rever artículo por artículo”, según confiaron fuentes del macrismo.

El reclamo generalizado de la oposición radica en que la aplicación de la reforma electoral sea gradual, tal como sucedió en la provincia de Salta, donde el nuevo sistema demoró tres elecciones.

El Frente para la Victoria rechaza de plano este tipo de tecnologías aplicadas a los comicios, al sostener que son “vulnerables” y que podrían violar el secreto del voto sin ningún tipo de control.

El proyecto también fue criticado por otras fuerzas, como la izquierda y el bloque Justicialista, por la imposibilidad que tendría el ciudadano de votar en distintas internas y escoger la combinación de candidatos de su preferencia.

Además, legisladoras de todos los bloques alzaron la voz por la paridad de género en las listas electorales, y anunciaron que avanzarán en un proyecto complementario.

Por último, las dudas recaen sobre el diseño que tendrá la pantalla –software-, no especificado en el texto del Poder Ejecutivo; y la posibilidad de que el candidato presidencial ganador de una interna pueda escoger como compañero de fórmula a alguien que no haya participado de la misma.