El neuquino concurrió ya no como legislador, sino en su rol de sindicalista del sector petrolero, ante la situación complicada que tiene el sector.
Con el objeto de evitar lo que anticipó podrían llegar a ser 1.200 despidos de trabajadores petroleros, el senador nacional y sindicalista petrolero Guillermo Pereyra concurrió a la residencia presidencial de Olivos para ser recibido por el presidente Mauricio Macri.
El titular del Sindicato de Petróleo y Gas de Río Negro, Neuquén y La Pampa acudió a la cita para plantearle al primer mandatario su preocupación porque las empresas operadoras están suspendiendo trabajadores en la Patagonia y teme que sea la antesala del despido de 1.200 trabajadores del sector. Ante ello, se acordó formar una mesa de trabajo con las empresas, los sindicatos y otros sectores afectados, con el objeto de arbitrar los mecanismos para preservar los intereses de todos los sectores.
El senador nacional neuquino sostuvo que “necesitamos mucha prudencia, creatividad e inteligencia para evitar los despidos”, y advirtió que “son varios los factores que actualmente condicionan la recuperación de la actividad”.
Admitió Pereyra que el factor clave en este problema es “el bajísimo precio internacional del crudo, lo que resta rentabilidad a las empresas”. Asimismo, “el rechazo judicial de la adecuación de las tarifas del gas, están impidiendo la llegada de inversiones en el sector”.
“Lo ideal sería que los ajustes necesarios sean realizados en forma paulatina, gradual y segmentada como para proteger a los que menos tienen y contener a los trabajadores, ya que es sumamente injusto que el gas que se utiliza para calefaccionar las piscinas de los lujosos countries y entibiar sus aguas, salga más barato que el envasado que se usa para cocinar en la humilde vivienda de las familias numerosas, de los que menos tienen, expresó el legislador.
Se estima que hoy son alrededor de 1.500 los operarios suspendidos en la Cuenca Neuquina, al tiempo que un millar ya perdieron sus empleos en los últimos meses, en razón de una baja de la actividad que promedia el 40%. La próxima semana Pereyra anticipó que se bajarían 10 equipos más de la Cuenca Neuquina, lo que podría redundar en la estabilidad laboral de 1.200 operarios.
