Elisa Carrió hizo gala de todo su histrionismo al presidir la Comisión de Relaciones Exteriores para tratar el tema Malvinas, convocada por ella misma sin consultar al resto del oficialismo. Al principio, le dijo que ya le daría la palabra al diputado Néstor Pitrola, que no se hiciera problemas. “Ya sabemos que después no sirve nada de nada, pero yo te quiero igual”, le aclaró.

“¿Para qué va a hablar entonces?”, le preguntó a Ignacio de Mendiguren más tarde, ante las vueltas del diputado renovador, y luego una encendida Lilita le aclaró en broma: “Como ve, mi antipatía es clara”. “Y permanente”, acotó el dirigente de la UIA sonriendo.

Cuando le tocó a Eduardo Amadeo, Carrió no estaba, y el diputado oficialista reparó en ello, no obstante lo cual la elogió. Y al reaparecer la diputada, rebobinó y repitió: “Presidenta, inicié mi exposición felicitándola por sus dotes diplomáticas”, le dijo, sin esconder ironía alguna. No fue el único elogio, al iniciar su exposición, el diputado Horacio Alonso le dijo: “Le sienta bien el inicio de la primavera”.

A propósito de la reunión que había convocado a contramano de los deseos oficiales, el kirchnerista Héctor Recalde ironizó hablando del “comienzo de una gran amistad”, a lo que Lilita señaló: “Usted ha disimulado muy bien la amistad que hemos tenido. Doce años ha disimulado”.

Gustavo Fernández Mendía la emprendió, como el resto de la oposición, contra la canciller, y al referirse a sus aspiraciones en Naciones Unidas, acotó: “Es una causa perdida… Ella tiene tantas posibilidades de ser secretaria general de las ONU como yo de ser primer bailarín del Teatro Colón”. La reacción de Carrió fue ofrecerle un Alplax. Y más tarde, otro diputado aprovechó el tono descontracturado de la reunión para advertirle a Lilita: “Me parece que no le están haciendo caso con la recomendación médica; en vez de Alplax están tomando Viagra”, a lo que la diputada aclaró: “La grosería no forma parte de esta comisión”.

Rompió el molde el diputado camporista fueguino Martín Pérez, quien dijo que “no me hacen gracia algunas cosas”, y reclamó guardar las formas por el tema serio que se estaba tratando y ante la presencia de excombatientes. Un poco de humor, diputado, no era para tanto…