El secretario Carlos Foradori deberá rendir cuentas a la Comisión de Relaciones Exteriores por el comunicado que firmó con el Gobierno británico para afianzar las relaciones y promover inversiones extranjeras en las islas y el Atlántico Sur. Carrió, que había criticado el documento, logró consensuar una declaración con un llamado de atención al gobierno de Macri.
La Cancillería argentina quedó en aprietos y deberá rendir cuentas al Parlamento. La Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, que preside Elisa Carrió, resolvió citar para el miércoles que viene al vicecanciller Carlos Foradori para que brinde explicaciones sobre el comunicado que firmó con el Gobierno británico para afianzar las relaciones bilaterales y promover inversiones extranjeras en las Islas Malvinas y en el Atlántico Sur. En 15 días, en tanto, se convocaría a exveteranos y a expertos en el tema.
Además, la comisión aprobó un proyecto consensuado para que el pleno de la Cámara de Diputados manifieste “el rol insoslayable del Honorable Congreso de la Nación en la adopción de medidas de política exterior, puntualmente en materia de pesca, hidrocarburos, navegación y aquellas que afecten lo establecido en la Primera Disposición Transitoria de la Constitución Nacional, que dispone la reafirmación permanente de la legítima e imprescriptible soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional”.
Se trata de un fuerte llamado de atención al gobierno de Mauricio Macri, realizado no solo por los bloques de la oposición sino también por la Coalición Cívica-ARI y la UCR, socios del Pro en la alianza oficialista Cambiemos.
La jugada de Carrió
La reunión se realizó por iniciativa del kirchnerismo y de la propia Carrió, cuyo partido había advertido que el comunicado “soslayó” el reclamo argentino por la soberanía de las islas y por lo tanto “vulneró” el mandato constitucional.
La jugada de “Lilita” generó malestar en el interbloque oficialista, dado que los radicales preferían no exponer al Ejecutivo y citar a la canciller Susana Malcorra -la más criticada durante el debate- a un reunión privada de Cambiemos.
Atenta a esto, para no generar aún más revuelo, la diputada reconoció públicamente al presidente Mauricio Macri por haber afirmado en su primera presentación en la ONU que la posición de Argentina sobre la soberanía de Malvinas no es negociable.
En tanto, aclaró que el documento que promovió en la comisión no es un reclamo al gobierno de Macri en particular, porque “el poder perdido” por el Congreso en materia de política exterior “fue responsabilidad propia de este Parlamento”, en alusión a la delegación de facultades legislativas desde hace dos décadas atrás.
Lo cierto es que el malestar de “Lilita” con Malcorra es manifesto. Semanas atrás, la diputada había criticado a la canciller por oponerse a un proyecto del kirchnerismo para que los aviones de Aerolíneas lleven una leyenda sobre Malvinas.
Malcorra, en el ojo de la tormenta
La oposición aprovechó la reunión para cargar duro contra la ministra de Relaciones Exteriores. Así, el kirchnerismo, el massismo y la izquierda acusaron abiertamente a Malcorra de utilizar el comunicado para ganarse el apoyo de Gran Bretaña en su carrera para llegar a la secretaría general de Naciones Unidas.
“Tenemos una canciller que decidió dejar de lado el interés nacional; está dispuesta a defender los intereses de las potencias en el Consejo de Seguridad”, denunció el chaqueño Juan Manuel Pedrini (FpV-PJ). Mientras que el bonaerense Horacio Alonso (Frente Renovador) cuestionó al presidente por calificar de “vecinos” a los ingleses y omitir el “colonialismo” de Gran Bretaña.
Pero eso no fue todo. La oposición también lamentó que la canciller se haya visto obligada de rectificar a Macri, luego de que el presidente declarara a la prensa que la primera ministra Theresa May aceptó “conversar” sobre el tema de las islas.
Además, se cuestionó que la Cancillería argentina no haya hecho ninguna mención al aumento de la presencia militar de los ingleses en el Atlántico Sur.
El oficialismo, a la defensiva
En medio de semejante tormenta, al jefe de los diputados oficialistas, Mario Negri, intentó adoptar una postura conciliadora. Insistió primero en que el comunicado “no es un tema estricto de Malvinas, aunque en el corazón de las relaciones siempre está la presencia del reclamo para terminar con el colonialismo en Malvinas”.
Pero tomó distancia de la oposición, al advertir luego que “no hacemos ni nacionalismo trucho ni tampoco creemos en que nos debemos quedar atados a la nostalgia del pasado en política exterior”.
Eduardo Amadeo, uno de los peronismo del Pro, destacó en este marco el “nuevo paradigma” que propone el gobierno de Cambiemos para privilegiar “el diálogo” por sobre el “enfrentamiento” para resolver la disputa de intereses.
Reactivar el Observatorio
Los bloques también acordaron reactivar el Observatorio sobre Malvinas. Ahora, el organismo parlamentario deberá incluir en sus estudios al Antártico y a las islas Georgias y Sandwich del Sur.
