Aunque militar de profesión, de cuna peronista, me crié en un hogar de militantes. Crecí escuchando los discursos que mi padre, abogado del gremio, dirigía a los obreros portuarios de “Villa Manuelita” en Rosario y con la música de las conversaciones en pos de la justicia Social y más adelante, los Derechos Humanos, en la mesa familiar.

Desde chico admiré el fervor de aquellos “cabecitas negras” que aplaudían y gritaban envalentonados, cada vez que la elocuencia del “Doctor” exaltaba al General de apellido prohibido y que nunca volvía.

Por mis genes o por crianza, siempre me sentí a gusto en esta casa legislativa, donde sus protagonistas son por esencia, defensores de ideas colectivas y dueños de historias de luchas que dan sentido a sus vidas y honran a sus mártires.

Con sus indulgencias, me permito en el día del militante peronista, recordar, entre los miles de ciudadanos que sufrieron persecución, cárcel, exilio y muerte por devolver a Perón a su Patria, a los que vistiendo el uniforme castrense argentino participaron de la Resistencia.

Fusilamientos, asesinatos, exilios y exclusiones por ser leales, no a un partido, sino a una concepción del sistema político argentino. Es claro que un militar activo, no debía tener vida partidaria, pero tampoco hubiera sido lógica la indiferencia al atropello a la democracia, a un movimiento inequívocamente popular, nacional, tercermundista y latinoamericanista.

Hoy, las luchas internas, han dejado en la sociedad una percepción desdibujada del militante, como un ser más proclive a la acción que a la reflexión, a la pelea física. La raíz latina de la palabra, Miles: soldados; supone obediencia, alineamiento, pertenencia, lealtad a un pensamiento colectivo, que sin embargo no debe anular al individual.

Valoremos hoy los logros de aquella militancia comprometida y la importancia de jóvenes creativos, con preparación para producir cambios individuales que prestigien los espacios de debate para enfrentar la incertidumbre del futuro.

Una oración para mi amigo el militante y diputado Daniel Toma que se nos fue sin que lo hubiéramos disfrutado lo suficiente.

Hugo Bruera es general (R) y exenlace del Ejército en el Congreso de la Nación