En un nuevo capítulo de la relación cada vez más tensa entre el kirchnerismo duro, con el neuquino Marcelo Fuentes a la cabeza, y el jefe de la bancada PJ-FpV de la Cámara alta, Miguel Angel Pichetto, desde ese sector advirtieron que harán oídos sordos al reclamo de los gobernadores para modificar la ley aprobada en Diputados.

Por el contrario, el senador Marcelo Fuentes sostuvo que lo que a su juicio sufrieron los mandatarios provinciales fue un “apriete del Gobierno” del que sostuvo que no hay “antecedentes”.

En declaraciones a Radio 10, el senador kirchnerista advirtió que “negocien lo que negocien, hay un grupo numeroso de senadores que vamos a votar como viene el proyecto de Diputados”.

Fuentes afirmó que “el Poder Ejecutivo hizo un despliegue de presiones. No ha habido antecedentes de presiones en gobernadores y senadores como esta vez y el apriete del Gobierno dio resultados sobre algunos”.

Cada vez más crítico con la conducción de su bancada, Fuentes sostuvo que “nos encontramos con la sorpresa de no poder conseguir las firmas para el dictamen. Era responsabilidad del titular de la comisión conseguir las firmas y si no puede, informa al jefe de bloque para reemplazarlos por otros”. La referencia tenía que ver con el presidente de Presupuesto y Hacienda, Juan Manuel Abal Medina, y el titular del bloque, Miguel Pichetto.

Al confirmar la rispidez que reina en esa bancada, Marcelo Fuentes admitió que se dio una fuerte discusión en el bloque, que “adquirió por momentos contornos de violencia”. En ese contexto señaló que planteó que “no iba a bajar a convalidar esta negociación con el gobierno”, como informó parlamentario.com.

“Había dos compañeros que no aparecían ni los podíamos encontrar”, agregó en referencia a los senadores Juan Manuel Irrazábal (Misiones) y Carlos Espínola (Corrientes).

Con relación al Gobierno, calificó de “tomadura de pelo” la conferencia de prensa brindada por Marcos Peña y Rogelio Frigerio, porque “hablan de volver a foja cero cuando ya hay un dictamen”. Por eso, interpretó que lo que se busca es “demorar el proyecto, introducir modificaciones, que el Senado las apruebe y quede como el responsable de haber paralizado una promesa de campaña”.