La vicepresidente de la Nación, Gabriela Michetti admitió el “dolor” que le produjo haber sabido que se dudaba de su honradez. “Fue muy feo pasar de víctima de un delito a acusada”, y dijo y remarcó: “A personas que han cometido corrupción puede no importarles estar bajo sospecha. A las personas honestas nos importa mucho. Soy vicepresidenta de la Nación y quiero ir adonde vaya con una transparencia en mi vida”.

Tras enterarse de la resolución del juez, que la sobreseyó en la causa iniciada sobre el origen del dinero, Michetti contó que habló con el presidente Mauricio Macri respecto a lo que definieron como “un caso ejemplar, en el sentido de un funcionario que se pone a disposición de la Justicia, sin trampas ni chicanas ni vericuetos procesales”. Enfatizó que “se probó que siempre dije la verdad, que la denuncia no tenía sustento y que todo fue un armado mediático con un fin político, el de atacar desde el primer día de gestión a un gobierno que representa un cambio verdadero en la Argentina”.

Michetti dijo no tener ninguna duda de que hay gente trabajando para que el Gobierno no cumpla su mandato, y apuntó a “sectores muy extremos del kirchnerismo, que no conciben haber dejado de tener el poder en sus manos. Lo terrible es que son personas que han hecho daño, que no asumen ninguna crítica”.

Entrevistada por Clarín, la vicepresidente cuestionó el populismo y lamentó la falta de diálogo entre los políticos argentinos, y aseguró que “este es un gobierno que está pensando todo el tiempo en la gente, en el camino del crecimiento y la mejora de la Argentina, y no elucubrando rosqueo político”.

La titular del Senado admitió que hubo “errores no forzados” y se refirió puntualmente al tema del Correo. Citó también el caso de Precios Transparentes, y destacó que “tenemos que seguir mostrando que el país necesita de los empresarios, de los sindicalistas, de los comerciantes, una actitud. Que de alguna manera le hagan honor al esfuerzo que hace el que está en situación de pobreza o el que no llega a fin de mes”.

Insistió además en que “en quince meses no podés arreglar 40 o 50 años de desgobierno o doce de populismo extremo. Se dejó un país que tiene 500 mil millones de pesos de agujero anual”.