En el marco de una nueva jornada de timbreos organizada por Cambiemos en todo el país, en la Ciudad de Buenos Aires se dio la particularidad de la presencia del propio presidente de la Nación, Mauricio Macri, que se mostró junto a su socia política Elisa Carrió, primer candidata a diputada nacional por el oficialismo en Capital Federal. También estuvo el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Jovial, Carrió se mostró de buen humor y realzó la buena relación que mantiene con el primer mandatario, que calificó como “muy auténtica”. En ese sentido destacó que “discutimos, nos abrazamos, y después comemos un asado”.

Luego resaltó que “los que construimos Cambiemos seguimos juntos. El resto no estaba con nosotros, me parece que el que quiere competir puede tener perfectamente su espacio”.

El jefe de Gobierno, por su parte, se ocupó de “atender” a Martín Lousteau, al que asignó el derecho de “participar” en la elección, pero no desde el oficialismo, pues “él decidió irse del gobierno de Macri”.

Carrió no perdió la oportunidad para ocuparse del diputado Julio De Vido, con cuya “plata” quiere “hacer muchos hospitales”. Fue al ser consultada sobre la investigación del caso Odebrecht en la Argentina. La diputada habló de la necesidad de conocer quiénes “recibieron coimas” y dio por sentado que “esos datos están”.

Pieza clave para activar la investigación en la Argentina, Carrió dijo que “lo que nosotros hicimos es destrabar todo”, y destacó que resulta prioritario que la sociedad “sepa quiénes cobraron las coimas”.

Volvió a cargar contra De Vido, al que consideró “el (ex) funcionario más protegido”. Y luego advirtió con ironía: “Decir la verdad quita arrugas, sino mirá la cara de Cristina y la mía”.
Consultada sobre uno de los blancos habituales de sus críticas, la número 2 de la AFI, Silvia Majdalani, Carrió fue sincera: “No voy a hablar de esas cosas, me lo prohibieron, porque estoy en campaña”, replicó.