El senador nacional Daniel Pérsico presentó un proyecto de ley que busca modificar las leyes 11.544 de Jornada de Trabajo y 20.744 de Contrato de Trabajo, y apunta a reducir la jornada laboral: “La duración del trabajo no podrá exceder de siete horas diarias o 42 horas semanales”, explica. Además, se estipula que dicha reducción de la jornada laboral “no puede implicar disminución salarial alguna”.

La ley vigente 11.544 es del año 1929 y regula en su artículo 1º el instituto de la jornada laboral, estableciendo que la misma no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales, (posteriormente en 1956 se agrega un tercer párrafo a dicho artículo mediante el Decreto Ley N° 10.375 estableciendo que dicha jornada es la máxima pudiendo la jornada ser menor a 8 horas para las explotaciones comprendidas en la ley). El senador puntano manifestó al respecto que “estamos ante uno de los institutos más importantes del derecho laboral, que no ha sido modificado en su fundamento desde hace casi un siglo y merece una revisión, aportando una visión global en el complejo mundo que nos toca vivir, donde la generación y distribución del trabajo es una de las problemáticas centrales en el mundo entero”.

Dicho proyecto cita en sus fundamentos el Convenio 47 de la Organización Internacional de Trabajo en esta materia cuyo preámbulo manifiesta que “el desempleo se ha extendido tanto y se ha hecho tan persistente que en la actualidad millones de trabajadores, sin ser responsables de su situación, están en la miseria y sufren privaciones de las que legítimamente tienen derecho a ser aliviados”.

“Considerando que sería conveniente que se facilitara, en todo lo posible, la participación de los trabajadores en los beneficios del progreso técnico, cuyo rápido desarrollo caracteriza a la industria moderna, y considerando que, para dar efecto a las resoluciones adoptadas por las reuniones decimoctava y decimonovena de la Conferencia Internacional del Trabajo, es indispensable desplegar un esfuerzo continuo a fin de reducir lo más posible las horas de trabajo en los empleos de todas clases”, consideró Pérsico, y en respuesta señala que en su artículo 1º inciso a) se declara a favor del “principio de la semana de cuarenta horas, aplicado en forma tal que no implique una disminución del nivel de vida de los trabajadores”.

Por otro lado, los fundamentos del proyecto citan un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que concluyó que, cuanto más trabajaban las personas, más disminuía la productividad, y en ese mismo sentido otro informe de la (OCDE) donde se analizaron 38 países en 2015 determinó que, México y Costa Rica son los dos Estados cuyos trabajadores emplean más horas al año con 2246 horas y 2230 horas, respectivamente. En el extremo opuesto sobresalen los países más desarrollados. Los trabajadores alemanes son los que trabajan menos horas al año (1371 horas), seguidos de los holandeses (1419), los noruegos (1424) y los daneses (1457 horas). Dicho informe no incluyó a la Argentina, pero un informe de la Unión de Bancos Suizos de 2015 estipula que en la Ciudad de Buenos aires se trabaja 1899 horas anuales, lo que permite tener una aproximación respecto de la cantidad de horas trabajadas en Argentina con relación al resto del mundo.

El senador nacional concluyó “que una disminución de la jornada laboral sin afectación de salario, contribuye a una mejor distribución del trabajo, a garantizar mayor tiempo de los trabajadores con sus familias, y que por otro lado diversos estudios demuestran que mayor cantidad de horas de trabajo no garantiza mayor productividad, ni mayor desarrollo de un país, sino que reduciendo la jornada se pueden mantener e incluso aumentar los niveles de productividad. Es un debate que hay que animarse a abordar en una Argentina donde hay que tomar medidas que estimulen la inserción laboral, y mejora de la calidad de vida de los trabajadores”.