El diputado del Frente Renovador cuestionó que el oficialismo convocara a sesionar para echar a De Vido sin tener la certeza de llegar a los dos tercios.
Con la dureza habitual que utiliza para con el Gobierno de Mauricio Macri, el diputado Felipe Solá no ahorró críticas esta vez al referirse al resultado de la votación para desplazar a Julio De Vido. Para el legislador massista, no haber alcanzado los dos tercios necesarios para conseguir el objetivo es una muestra de “la ineptitud muy grande del Gobierno para negociar”.
En consonancia con la dureza que viene redoblando en estos días el massismo contra Cambiemos, Solá sostuvo que en el Gobierno “se ahogan en un vaso de agua. No fueron capaces de negociar votos y quieren ser los jefes de la moral”.
Entrevistado por Radio Delta, el exgobernador sostuvo que no haber podido expulsar a De Vido representa “una torpeza más de un gobierno de torpes que llama a una sesión diciendo que no había problemas, que les iban a sobrar los votos, como dijo Carrió y después tuvieron que admitir que no los tenían”.
En rigor, para cuando se llamó a la sesión, el oficialismo tenía claro que lograr los dos tercios sería providencial. “Veinte votos le faltaron al oficialismo y eso muestra la ineptitud muy grande del Gobierno para negociar”, insistió Solá.
Con todo, se sabe que el exgobernador bonaerense no estaba convencido de la expulsión de De Vido y hasta se llegó a especular con la posibilidad de que pudiera votar en contra. En la entrevista, el legislador admitió su discrepancia con la expulsión, expresando sus dudas respecto de la constitucionalidad de la medida. Y admitió que “hubiera preferido suspenderlo porque era más constitucional, pero luego se decidió votar por la expulsión”.
En ese marco, señaló que “estuvimos diez horas discutiendo algo que se sabía que no iba a caminar y que no tiene que ver con las cosas que tiene que discutir la Cámara de Diputados en este momento”.
