La medida causó un gran malestar en la administración de Mauricio Macri. La decisión del Gobierno de Donald Trump genera un perjuicio económico, sobre todo en las exportaciones y en las inversiones.
Un indisimulable malestar se percibió en estas últimas horas en el gabinete económico y en la Casa Rosada por la decisión del Gobierno de Estados Unidos de restringir el ingreso de biodiesel argentino a ese país, lo cual genera una repercusión muy negativa en las exportaciones y la balanza comercial.
Una fuente del Palacio de Hacienda comentó a Parlamentario.com que “sin dudas lo que más nos preocupa es el perjuicio económico que esto genera, sobre todo en las exportaciones y también en las inversiones”.
“Este sector productivo ha desarrollado un importante nivel de inversión en base a esas exportaciones que ahora quedan trabadas”, explicó el mismo funcionario.
Pero mayor malestar se percibió en el ala política del Gobierno con la medida adoptada por Estados Unidos, ya que consideran que la decisión adoptada por la administración de Donald Trump dejó “muy mal parado al Ejecutivo argentino”.
“Tuvimos un muy buen diálogo la semana pasada cuando estuvo Mike Pence aquí (vicepresidente de Estados Unidos), conversamos sobre distintos temas, en especial en ampliar las posibilidades comerciales de ambos países”.
“Bueno, justamente en ese sentido, se anunció la liberación de exportación de nuestros limones allá y el ingreso de carne porcina a nuestro mercado y ahora aplican estos aranceles al biodiesel, lo que no ayuda para generar condiciones para profundizar el comercio bilateral”, puntualizó otro funcionario del Gobierno.
En la Casa Rosada aseguran que es inminente el viaje de algunos funcionarios del equipo económico a Estados Unidos para tratar de “suavizar” la medida restrictiva que se adoptó en la última semana.
En ese sentido, aseguran que se quiere conversar sobre la necesidad que se adopte alguna corrección a esa medida, o en su defecto, que se permita a la Argentina generar condiciones para poder exportar otros productos como compensación de esta circunstancia.
Uno de esos objetivos es el Sistema General de Preferencias (SGP), un esquema que tiene Estados Unidos y contempla el ingreso de productos de países pobres o en vías de desarrollo.
La Argentina gozaba de ese régimen hasta que la administración del expresidente Barack Obama suspendió ese beneficio para la Argentina, teniendo en cuenta la escasa relación bilateral que existió entre ambas naciones durante la etapa kirchnerista.
De todas formas, hay una realidad elocuente. El actual Gobierno de Estados Unidos no está dispuesto a realizar negociaciones globales. Su objetivo son las relaciones bilaterales con determinados países y allí claramente es donde comienza a sacar ventajas comparativas importantes.
