En el transcurso de la sesión, los diputados se hicieron eco del fallecimiento de Justina Lo Cane, la nena de 12 años que necesitaba urgentemente un trasplante de corazón. Un corazón que no llegó a tiempo. Encargado de traerlo a colación fue el diputado Marco Lavagna, que señaló: “Justina no lo logró, pero todavía hay once mil personas que esperan un trasplante”. El legislador massista concluyó recordando que “donar órganos salva vidas”.

En el mismo sentido se pronunció un apenado Daniel Lipovetzky, que sostuvo que ese lamentable suceso nos recuerda que la Ley de Trasplante “es una buena ley, pero que todavía se puede mejorar”.

Justina Lo Cane sufría una cardiopatía severa y desde el 9 de agosto esperaba ser operada para poder seguir viviendo.