Por Cornelia Schmidt-Liermann. La titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja agradeció la colaboración internacional en la búsqueda del submarino.
Días de profunda angustia se viven en mi Argentina, que abruman aun más nuestra ya compleja cotidianidad.
La búsqueda de 44 ciudadanos corajudos, nos tiene a todos en vilo. Son 44 rostros que nos acompañan cada mañana desde hace una semana.
En ese ambiente expectante, donde el ciudadano de a pie indaga certidumbres, conmueve la ayuda que ha recibido el Estado argentino, de todos los rincones del mundo, incluso de aquellos países con los que mantenemos disputas de soberanía, comerciales y diferencias políticas. Las llamadas “potencias” se convocaron en pie de igualdad, vinculados con una profunda convicción humanitaria.
Este hecho nos llena de esperanza y de un profundo agradecimiento a todos los Estados que brindaron y ofrecieron ayuda sin titubear. Demostrando que el alma humanitaria persiste y es el mejor camino para la reconciliación. Y aceptamos la ayuda con humildad y conmovidos, desoyendo las diminutas voces que buscan instalar cizaña espiritual, fogoneando “enemigos imaginarios , donde debe prevalecer la fraternidad. Estas experiencias aportan más empatía y confianza que mucho de lo que hemos presenciado.
Es en este momento de profunda zozobra que quiero dar las gracias. Gracias en mayúsculas. Gracias por habitar en un suelo de héroes. Gracias por todas las manos del mundo tendidas.
