El kirchnerismo insistió constantemente, durante tres horas, en levantar la sesión en la Cámara de Diputados para no tratar el proyecto de reforma previsional, con motivo de los graves incidentes registrados en las afueras del Congreso. Lo hizo a través de numerosas cuestiones de privilegio y pedidos de cuarto intermedio, uno de ellos aceptado en la votación nominal. En el mismo sentido se manifestó el legislador de la izquierda Nicolás del Caño. Luego se sumaron los diputados del Movimiento Evita y Victoria Donda, de Libres del Sur.

Refiriéndose a la represión que tuvo lugar en los alrededores del Congreso la semana pasada, Darío Martínez consideró que “no es normal que tengamos 900 gendarmes en la puerta del Congreso”. Además, tampoco consideró “normal” la foto que se sacaron los gobernadores antes de la sesión en el despacho de Emilio Monzó. “No sé si lo venían a apretar a usted”, le dijo el neuquino desde su banca y agregó que este hecho “no es bueno para el funcionamiento de este Congreso”. Por último, disparó contra sus pares de Cambiemos: “¡Van a tener que salir como ratas de este Congreso por traicionar a todo el pueblo argentino!”.

A su turno, Juan Manuel Huss planteó una cuestión de privilegio contra el presidente Mauricio Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y Emilio Monzó. Calificó como “hechos vergonzosos y lamentables” a los incidentes del jueves, cuando hubo una “represión indiscriminada”. El legislador aseguró que la ley de reforma previsional es “antipopular” y se quejó de que no existió “ni una muestra de solidaridad con los compañeros” que tuvieron que ser asistidos tras sufrir agresiones de Gendarmería.

El bonaerense Horacio Pietragalla fue quien propuso un cuarto intermedio por la “represión” que estaba sucediendo en las afueras del Congreso durante la sesión y, al recordar los episodios ocurridos el jueves pasado, enfatizó: “Imagínense lo que fue esa represión ilegal allá en Esquel, donde murió Santiago Maldonado”. “Estamos convencidos de que Gendarmería tuvo que ver directamente con la muerte de ese joven solidario”, añadió.

En su primer discurso en la Cámara baja, la diputada kirchnerista Vanesa Siley dijo que “como integrante del movimiento obrero organizado me duelen las balas, las patadas y los palos que les están pegando. No se puede sesionar así”, y reclamó el levantamiento de la sesión, tal cual lo harían después cada uno de sus compañeros de bancada.

Así lo hizo Walter Correa, quien denunció que “los están reprimiendo salvajemente; no les dan lugar a nada, ni siquiera a manifestarse”. Se quejó también porque “mis compañeros y compañeras tuvieron que atravesar muchos retenes para llegar. Por eso le pido que levante esta sesión, señor presidente, más allá de que no me está dando pelota”.

El camporista Andrés Larroque denunció a continuación un “quórum fraudulento que agravia nuestra integridad como diputado”. Y fundamentó semejante argumento señalando que los diputados que habían dado quórum lo habían hecho “por presión a los gobernadores”. Pidió informarse a través de la televisión y no de los funcionarios. “No van a terminar bien las cosas si no se levanta ya esta sesión. No hay ningún apuro para tratar esta vergonzosa ley que lo único que persigue es sacar 100 mil millones de pesos para darle al capital internacional y a los amigos de Mauricio Macri”.

Por su parte, la misionera Cristina Brítez le reclamó al oficialismo que transmitieran en el recinto “las imágenes de lo que está pasando en la plaza”. “¡No podemos sesionar, esto no es democracia! Los hacemos responsables si hay un muerto en la plaza”, enfatizó.

“Llevaron al Congreso de la Nación a lo peor, el pueblo argentino expresándose y ustedes dándole la espalda. No quieren ver, no quieren escuchar, están tan ciegos que ni corazón tienen”, manifestó el santafesino Marcos Cleri al plantear una cuestión de privilegio “contra todos los diputados que quieren continuar con esta sesión”.

Continuó Adrián Grana, que acusó a Cambiemos de avalar que “la escalada de violencia continúe” con “esta ley de porquería”.

Durísimo, Leopoldo Moreau acusó al Gobierno de “crear un estado de caos” y señaló que el jueves pasado “no hubo un muerto de casualidad”. Cuestionó a la “república de Carrió” que “es la república de la represión” y “la república donde se están metiendo presos a los opositores”. A continuación, Hugo Yasky consideró que “estamos al borde de que al anochecer esto sea más grave” y criticó a Cambiemos porque “pensar en sostener una sesión porque hay mayoría es profundamente mezquino”.