Uno de los discursos más duros de la maratónica y violenta jornada de este lunes fue, sin dudas, el de la rionegrina María Emilia Soria. La diputada del Frente para la Victoria-PJ castigó a los gobernadores del PJ que arribaron a un acuerdo con el Gobierno nacional por la reforma previsional, y los tildó, lisa y llanamente, de “prostitutas”.

“Me da vergüenza que esos gobernadores se digan peronistas… ¡No son peronistas, son prostitutas de (Mauricio) Macri! ¡Vinieron acá y cambiaron los votos a costa de que Macri no incendie cada una de esas provincias! ¡Eso es coerción, es afectar el federalismo, es afectar las autonomías de las provincias!”, bramó Soria.

Así, se refirió a la fotografía que se tomaron los mandatarios provinciales con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, y el titular de la Cámara baja, Emilio Monzó, antes de que comenzara la sesión, como postal final del acuerdo. “Me da vergüenza que hayan arrastrado a gobernadores justicialistas a sacarse una foto”, admitió.

Por otra parte, y en relación a los incidentes producidos en la zona del Congreso, la diputada denunció que “la libertad de pensar distinto vuelve a ser sinónimo de gas lacrimógeno, de balas de goma y de represión”.

Soria también apuntó a las bancas del oficialismo: “Si a las 12 de la noche esta ley no fue sancionada, Macri se va a reír de todos ustedes, porque la va a sacar por decreto, como ya advirtió. Este Congreso se está convirtiendo en un circo”.

“Mientras nosotros evitamos que haya un herido, un muerto, ustedes le dan la espalda al pueblo”, le endilgó a Cambiemos, y terminó su discurso con un mensaje en seco a Monzó: “Ojalá cuando termine esta sesión no tenga sangre sobre sus manos”.

Pasada la 1 de la madrugada, la rionegrina volvió a hablar, ya durante el debate por la reforma previsional, y en ese contexto reivindicó al gobernador Alberto Rodríguez Saá por no haberse plegado a sus colegas mandatarios en la firma del Pacto Fiscal. Dijo que le desperataba “orgullo peronista”. Y también pidió disculpas “a las compañeras trabajadoras sexuales por haberlas comparado con los gobernadores”.

Concluyó diciendo, por si quedaba alguna duda, que “no voy a acompañar esta vergüenza”.