La intención del Gobierno nacional de convocar a sesiones extraordinarias en febrero podría fracasar por la falta de acuerdos con la oposición, por lo que el año parlamentario comenzaría el 1° de marzo próximo.

La decisión todavía no está confirmada y se espera que la semana próxima, cuando el presidente Mauricio Macri vuelva de sus vacaciones, la mesa chica del Gabinete se reúna en la Casa Rosada para definir un temario o descartar el llamado.

Por el momento, el oficialismo no cuenta con el aval de las mayorías necesarias para avanzar con la reforma laboral -que fue pospuesta- y la electoral, cajoneada a fines de 2017 en la Cámara alta.

Otra de las iniciativas donde no hay acuerdo es la reforma de la Ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal. Pese a que fue presentado en conjunto por Federico Pinedo y Miguel Pichetto, el proyecto no cuenta con el total apoyo del PJ.

Ayer, Pichetto se reunió con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y le transmitió que no compartía la urgencia que mostraba el Poder Ejecutivo por sesionar en febrero.

“Hay que dejar que el Congreso funcione en el tiempo de las sesiones ordinarias. Los proyectos que necesitaba el Ejecutivo para gobernar fueron sancionados en diciembre por ambas cámaras”, argumentó el jefe del bloque Justicialista en el Senado, según consignó la agencia NA.

En el temario que Macri había estipulado en diciembre figuraban también los proyectos de Financiamiento Productivo (mercado de capitales), la nueva ley de Defensa de la Competencia y la iniciativa de Compre Argentino, todos con media sanción de Diputados y que fueron girados al Senado.