Es inocultable que en el seno del oficialismo el tema del aborto despierta opiniones contrapuestas, y el tema se supone terminará definiéndose en el recinto de cada cámara. Pero más allá de lo que vaya a suceder en el Congreso, esas posturas contrarias ya alimentan el debate interno, como pudo verse este viernes en el marco del Congreso nacional del Pro celebrado en Parque Norte. Allí, dos diputados que claramente representan esas posiciones bien distintas dieron sus fundamentos durante el encuentro.

Hablamos de Carmen Polledo, presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara baja, y reconocida opositora al aborto, y el rionegrino Sergio Wisky, médico de profesión y favorable a la interrupción del embarazo.

Probablemente autor de un proyecto oficialista que se presentará sobre el tema, Wisky sostuvo ante el auditorio que se debe respetar “al que piensa diferente”, celebró que su partido “tolera la diferencia” y recordó que el debate sobre el aborto “tiene muchos años escondido”.

En su exposición, el diputado defendió la “libertad” que deben tener las mujeres y cuestionó que “el Estado no ha tenido las condiciones para proteger a la mujer”.

Claramente ubicada en la vereda de enfrente, Polledo expuso a su turno que ella no cree que “nadie pueda disponer de una vida”, y habló de una “colisión de derechos” entre “la voluntad de abortar y de una vida por nacer”.

Si bien Polledo reconoció los índices de mortalidad materna, se manifestó favorable a que el Estado aporte otras herramientas y alertó que no le parece “prudente” que “por razones políticas se defina si el feto es un ser humano o no. En un futuro puede traer riesgos sociales”.