Mario Fiad advierte que la ludopatía causa graves consecuencias para las personas y propone la implementación de medidas preventivas y de contención.
El presidente de la Comisión de Salud del Senado, Mario Fiad, presentó un proyecto sobre prevención de la ludopatía. Al respecto, el legislador manifestó que viene trabajando en el tema del juego compulsivo desde que era presidente de la Comisión de Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico, habiendo presentado un proyecto de ley en el año 2014, mientras ocupaba su banca como diputado nacional.
El proyecto, representado por su par la diputada Gabriela Albornoz en el 2016, no terminó su tratamiento en la cámara Baja, por lo que el legislador lo reformuló en la convicción de la necesidad de “promover la sanción de una ley que defina herramientas eficaces para prevenir la ludopatía”.
En esta oportunidad, la propuesta fue enriquecida con los aportes de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud de la Nación y de la Fundación WGM, quien hace tiempo trabaja sobre esta problemática.
En los fundamentos, se señala que la ludopatía “tiene graves consecuencias individuales, familiares y sociales, que impactan en la persona, pero también generan ruptura de vínculos, depresión, pérdida de bienes y en muchos casos, hasta del trabajo”.
El proyecto dispone la creación de un Registro de Autoexclusión nacional, de carácter voluntario, que permitirá que las personas afectadas por la ludopatía puedan inscribirse en el mismo, generando como efecto la imposibilidad de su ingreso a cualquier sala de juego por el término de seis meses.
A su vez, implementa medidas como la prohibición de cajeros automáticos en el interior de las salas y de los programas de fidelización y la publicidad destinada a menores. Asimismo, se implementan la exhibición de leyendas con mensajes sanitarios en lugares visibles, acompañado con el número de la línea gratuita de asistencia que se crea, y la instalación de relojes para evitar la pérdida de noción del transcurso del tiempo.
“A nivel nacional el problema carece de un marco jurídico, y esta orfandad le resta visibilidad a la problemática que resulta una cuestión de salud pública”, concluyó el senador.
