Monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, continuó detallando razones que explican por qué la Iglesia se opone al aborto. Fue durante su columna en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, que se emite por Canal 9, donde abordó las “razones psicológicas”, señalando que como sacerdotes conocen bien “lo que los médicos y los psiquiatras llaman el “síndrome post-aborto”.

“Es algo que se trata efectivamente en un consultorio psiquiátrico; y es cómo queda psicológicamente la mujer que ha abortado”, dijo.

Aguer se preguntó si “esas mujeres que están a favor del aborto y su legalización, ¿habrán presenciado alguna vez un aborto?”, explicando que habiendo hablado con médicos que han visto abortos le “han contado cosas que son espeluznantes… Se lo corta en pedacitos, se lo va extrayendo a pedacitos y se lo tira al tacho de basura… Dicen que es un deshecho biológico”.

Tras referirse al “síndrome post-aborto”, manifestó que “los sacerdotes lo sabemos bien por el confesionario. Yo tengo experiencias personales y debo decirles que a mí me ha conmovido enormemente, siendo joven sacerdote, y alguna vez ya siendo obispo también, cómo una mujer vino a confesarse de un aborto que ya había confesado muchas veces, un hecho que había ocurrido 30 años atrás. ¿Y por qué lo hacía? Lo hacía porque no podía llevar esa mochila, y cuesta mucho consolarla. Yo le decía: ‘Hija: tú no tienes que confesarte más de esto. Por favor ya está perdonado. Se acabó pues el Señor te ha perdonado, ya sos una nueva creatura’. Por eso fíjense cómo el consultorio del psiquiatra y el confesionario se ponen de acuerdo en esto para mostrar que aquí hay algo que toca la intimidad misma del ser femenino”.

Ya en la parte final aseveró que “el aborto es una cosa muy seria que daña algo íntimo en el ser femenino. No que la mujer deba ser madre, físicamente, de modo necesario. Lo es naturalmente sí, y se puede ser madre espiritualmente, afectivamente. Tenemos casos conmovedores al respecto:.. Pero ¿Y por qué el fruto de una relación sexual es la fecundación? Es así: el fruto de una relación sexual es la fecundación. Y no lo digo yo solamente sino que lo dice Sigmund Freud que afirma que el onanismo, es decir la relación sexual en la cual, de acuerdo al pasaje del Génesis, en el capítulo 38, el semen es arrojado fuera para no producir descendencia, es una perversión. ¿Y por qué Freud dice que es una perversión? Porque la finalidad del acto sexual es comunicar la vida y tal finalidad esencial no se puede bloquear. Freud y San Pablo están de acuerdo, lo está Freud y el Catecismo de la Iglesia Católica”.