Al cierre de la presentación del jefe de Gabinete, el presidente del bloque Justicialista del Senado, Miguel Angel Pichetto, agradeció la visita, pero le advirtió a Marcos Peña que había tenido “mejores presentaciones”. Al punto tal que definió ese informe como “insustancial”. A propósito de ello, sugirió explorar otros mecanismos que permitan un ida y vuelta más ágil, pero aclaró que era una sugerencia que hacía como “reflexión y aporte”.

Pichetto consideró “un dato significativo” el gasto de 1.450 millones de dólares por parte del Banco Central este miércoles para frenar al dólar. “Se que el Banco Central tiene reservas, no lo discutimos, pueden aguantar, pero son datos de un recalentamiento de la economía”, observó.

Tras referirse a las Lebac y a quienes apostaron a la tasa de interés alta, insistió en que “por supuesto que hay capacidad de respuesta, no queremos plantear ningún discurso apocalíptico”, pero recordó que hace pocos días un exministro de este Gobierno como Alfonso Prat Gay había hablado de la “falta de centralidad en las decisiones económicas”.

“Es cierto que hay una urgencia por reducir el déficit fiscal”, señaló y en ese sentido advirtió que hay “ministros que actúan con eficacia”, entre los que citó a Juan José Aranguren, del que dijo que en ese sentido “actuó con vigor”. Pero alertó sobre el “impacto” que ello puede tener “si no se tiene una mirada integral de la economía”.

Luego alertó sobre los datos económicos sobre importaciones y exportaciones, que a su juicio “arrojan cifras muy preocupantes”. Al respecto comentó que en el primer cuatrimestre del año, por cada dólar exportado, se gastaron 1,2 en importaciones. Habló del aumento del déficit comercial, que fundamentalmente se da con tres países: China, Brasil y Estados Unidos. Pero manifestó su asombro por el que se ubica actualmente cuarto, Paraguay, “en un producto como soja”. Sugirió que se trata de “un tema que habría que analizar más en profundidad”.

“Habría que investigar la Aduana y los controles fronterizos, a ver si Paraguay produce soja en la cantidad que dicen que nos importan”, sugirió, aunque aclaró que no quería crear “un conflicto” con Paraguay.

Pichetto reconoció “alguna mejoría” en el crecimiento de alguos niveles de inversión. Citó la obra pública, aunque observó que “ahora la han parado de nuevo, pero “hay cosas que también preocupan”. Habló del aumento de la tasa americana, que “va de la mano del crecimiento del endeudamiento externo”.

Luego se refirió al aumento de tarifas. Reconoció que había que salir del esquema de subsidios: “Nadie discute eso, salvo un esquema demagógico en la Argentina”, dijo, pero dijo sentir que “en estos últimos 60 días la política de gradualismo se interrumpió”.

Sugirió estar atento a lo que está pasando con la gente en general y la clase media en particular, y agregó que “a lo mejor estamos a tiempo de hacer algunas correcciones”.

Respecto de la reducción de impuestos provinciales y municipales, recordó que recientemente se hizo un acuerdo fiscal “que deterioró al conjunto de la política argentina; a ustedes y a nosotros”. Y expresó su preocupación por “el desprestigio de la política, una visión negativa de la política que se construye día a día desde algunos medios de comunicación”.

Se refirió puntualmente a Jaime Durán Barba, a quien dijo leer todos los domingos y al que reconoce como “talentoso”, pero señaló que percibe que a veces “habla con desprecio de los políticos”. Lo trajo a colación por considerar que “es un actor importante en el mundo de Cambiemos. Yo le doy importancia”.

Tras quejarse de algunos medios que tienen la intención de “despreciar” a la política volvió a recordar, como en la sesión anterior, la polémica por los pasajes de los legisladores, tema en el que dijo haber visto de parte del oficialismo “una intervención exagerada” que contribuye en “la destrucción de la credibilidad”. Pichetto habló de la necesidad de hacer política “sin tirarnos con un prontuario; acá preservamos la institucionalidad, hay que preservar al presidente, a las instituciones y al Congreso”.

Y tras recordar la marcha de días pasados contra el Poder Judicial, con “discursos de construcción nihilista”, señaló que “en el 2001 empezó parecido”.

“Entre todos tenemos que ayudar a jerarquizar esto. Este Congreso es transparente, no ha sido infectado por una empresa de petróleo, no se reparten sobres; lo de los pasajes está en práctica desde hace 10 años, es compensatorio de un salario muy sobrio de los legisladores”, señaló. Y en lo que definió como una “sinceridad brutal”, dijo que considera que debe haber un sistema político “medianamente bien remunerado, equiparado con el Poder Judicial. Porque sino, ¿la política quién la hace? Los ricos”.

Sobre el final, volvió al tema tarifario para señalar que “la oposición ha tenido una prudencia digna del Parlamento francés”, y advirtió que el debate lo empezaron los aliados de Cambiemos. “Una diputada importantísima, Elisa Carrió, una fina percepción, no la subestimo, y la acompañaron después hombres del radicalismo”, señaló, para preguntarse luego: “¿Qué pretenden, que la posición se quede cruzada de brazos?”

“El gobierno tiene que tener una estructura de conducción muy férrea. No hay debates libres en los gobiernos. Deben tener homogeneidad, no pretendan después que los opositores hagan de oficialistas, eso no va a ocurrir”, advirtió.

Para terminar, sugirió ver entre todos “cómo salimos de este atolladero (…) Si nos sentamos, si nos escuchamos, para encontrar caminos de resolución que no impliquen pérdida o derrota para este gobierno”.