El 3 de mayo, Clarín colocó un banner en su sitio web con la siguiente leyenda: “Este medio tiene editor responsable. No a las noticias falsas en redes sociales y plataformas digitales”. Enorme hipocresía de un multimedio que ha hecho de las fake news, la desinformación y las operaciones de prensa la esencia de su acumulación de poder.

Sin ir más lejos, el “editor responsable” que tiene Clarín es, en realidad, un editor irresponsable que hace diez días me dedicó una editorial repleta de falsedades titulada “El otro yo de Jaime Stiuso”.

Allí, el editor (ir)responsable de Clarín, Ricardo Roa, aseguró que todas mis denuncias contra la corrupción del macrismo habían sido desestimadas, y que en la causa en que se debía investigar la presunta filtración de información por parte de funcionarios de la AFIP, el juez Claudio Bonadio había determinado que yo había falseado pruebas. “De denunciante pasó a denunciado”, sostuvo.

Llamó la atención que Roa y Clarín jamás mostraran esa resolución de Bonadio, pero luego supe las razones: el fallo de Bonadío no dice absolutamente nada de lo que escribió Roa (¿escribió Roa?) y publicó Clarín. De hecho, en sus 26 páginas me menciona solo una vez y de manera contextual, tal como puede constatarse en el documento adjunto.

La verdad es que Clarín -una vez más- adulteró información, manipuló a los lectores y construyó en definitiva una operación de prensa muy berreta -digna del editor (ir)responsable que tiene-. Es decir, una fake news de manual.

En su artículo, Roa dice también sobre mi persona: “Hizo denuncias para todos los gustos. No le importa si lo que dice se corresponde con la realidad: la normalidad es no tener pruebas. (…) Marcha invicto: no ganó ninguna”.

Otra mentira más

* En 2016 denuncié los negociados aerocomerciales ejecutados por el presidente Macri y el ministro Dietrich con Macair y Avianca, y con Flybondi.

* En marzo de ese año denunciamos junto con el diputado nacional Martín Doñate al ministro Aranguren por sus negociados con Shell desde el Ministerio de Energía.

* En febrero de 2017 denuncié el intento de autocondonación de la deuda del Correo Argentino que pretendió concretar el presidente Mauricio Macri.

* En noviembre de 2017 denuncié al ministro Luis Caputo por estar al frente de una red de sociedades offshores que manejaron más de 500 millones de dólares y que el funcionario jamás declaró.

* También denuncié a Caputo por los más de 700 millones de pesos en contratos de dólar futuro que compró a través de su financiera Axis días antes de asumir en Finanzas.

* En enero de este año, también con el diputado Doñate denunciamos al presidente Macri por la venta de parques eólicos que le hicieron ganar a las empresas de su familia 50 millones de dólares en pocos meses.

* En febrero pasado denuncié al subsecretario general de Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, que terminó renunciando a su cargo.

* Hace pocas semanas denuncié a Santiago Bausili, viceministro de Finanzas, por cobrar bonos del Deustch Bank al mismo tiempo que le vendía títulos de la deuda externa que él emitía.

En estas causas –y otras, sólo enumeré las más relevantes- todos los funcionarios involucrados están imputados –incluido el presidente Macri- y se encuentran en plena investigación.

En las pocas causas que fueron desestimadas, pruebas no faltaban. Como en la que involucra al titular de la AFI Gustavo Arribas en el cobro de coimas de parte de Odebrecht, o la del robo de datos de Anses y Pami que hoy toma especial trascendencia a la luz del escándalo de Cambridge Analytics.

Al final de su editorial, las mentiras de Clarín son acompañadas por la amenaza directa que me dirige Roa: me exige que “cambie de rubro”. Le sugiero al periodista que pruebe con su propia receta. Ya que le complace seguir las “sugerencias” del gobierno, puede probar con fabricar cerveza artesanal. Tal vez así logre ejercer una actividad de manera honesta. Como editor periodístico no lo ha conseguido.

Rodolfo Tailhade, diputado nacional FPV-PJ