Diego Bossio, referente del bloque Justicialista, garantiza que el peronismo no romperá el trato con Cambiemos a pesar del episodio de las tarifas. Pide “desdramatizar” los chispazos con gobernadores del PJ y es elogioso con María Eugenia Vidal, aunque sostiene que en la Provincia falta “patear el tablero”.
Por Carolina Ramos
“Nos enfrentamos a esta grieta que sí nos da miedo, pero no nos paraliza”. La frase no pertenece a ningún dirigente del peronismo “dialoguista”, sino a una reciente e insólita publicidad de la Chevrolet S10, donde una voz en off habla en nombre de trabajadores del campo. “Parece escrita por nosotros”, bromea Diego Bossio cuando la propaganda interrumpe la charla con parlamentario.com, en una cuadrada oficina del tercer piso de la Cámara de Diputados.
El diputado y referente del bloque Justicialista denuncia que “el Gobierno no sólo no quiere dialogar, sino que pretende profundizar la grieta”. Devoto del senador Miguel Pichetto -lo cita tres veces-, coincide en que Mauricio Macri “tendrá que decidir si apuesta a la política o si apuesta a ganar elecciones”, y considera que “si apuesta a resolver los problemas de la gente, necesita convocar a un diálogo amplio y sincero”.
Bossio garantiza que el peronismo no romperá el trato con Cambiemos en el Congreso a pesar del episodio de las tarifas. “Hemos tenido una conducta de madurez y de responsabilidad al discutir cada tema. Vamos a seguir con la misma coherencia de siempre”, asegura, aunque se mantiene firme en que el Gobierno “no ha mostrado ningún tipo de sensibilidad”.
Por otra parte, es elogioso con la gestión de María Eugenia Vidal, si bien sostiene que “falta todavía patear el tablero en la Provincia para resolver muchos problemas de fondo”. Conocedor del territorio y ¿aspirante a gobernador?, Bossio señala que “el tema del Conurbano debe ser atacado como una política de Estado”.
Explica que el justicialismo tiene por delante la tarea de “delinear el proceso de selección del candidato” y ampliar el espacio a “otros actores políticos”. “Somos muchos, pero no somos uno, y tenemos que ser uno”, resume. Por último, habla del acuerdo con el FMI, el Presupuesto 2019 y la estratégica Comisión Bicameral de Seguimiento de los Contratos de PPP, que él preside.
- ¿Cómo quedó parado el peronismo en el Congreso después de la votación por las tarifas? ¿Hay un antes y después en la relación con Cambiemos?
- Nosotros hemos tenido una conducta de madurez y de responsabilidad al discutir cada tema en la Cámara de Diputados y en el Senado. Debatir los temas es para nosotros un valor político: señalar lo que está bien y lo que está mal, cambiar lo que haya que cambiar y marcar cuáles son los temas que nos preocupan. El tema de las tarifas no sólo nos preocupa, sino que además está presente en gran parte de la sociedad argentina. A diferencia del Gobierno, que no ha mostrado ningún tipo de sensibilidad, nosotros entendíamos que era un tema que había que tratar, y que había que encontrar desde el Congreso una solución. No se si la ley que nosotros planteamos era la mejor o era perfecta, pero sí era un mensaje -como dijo el senador Pichetto- a la sociedad y al Poder Ejecutivo de que hay problemas en materia tarifaria. Después de dos años en los que las tarifas aumentaron mucho, donde las compañías energéticas pasaron de tener balances equilibrados a balances con altas ganancias -incluso algunas distribuyen dividendos-, nos parecía oportuno discutir el nivel de subsidios y el esquema tarifario. Hicimos un planteo sensato, de sentido común -que las tarifas no aumenten más que los salarios-, y esperábamos que el Ejecutivo no se encerrara en sí mismo en un tema tan sensible. Nosotros vamos a seguir con la misma coherencia de siempre. Somos los mismos que hemos discutido la inserción de Argentina en los mercados internacionales, la Ley de Mercado de Capitales, la “ley antidespidos” o la ley para morigerar las tarifas. El Gobierno, como dijo Pichetto, tendrá que decidir si apuesta a la política o si apuesta a ganar elecciones. Si apuesta a resolver los problemas de la gente, necesita convocar a un diálogo amplio y sincero, donde la agenda incluya los temas de otros sectores. El Gobierno tiene una doble contradicción: quiere generar una situación electoral, que la manifiesta (Jaime) Durán Barba, y por eso apuesta permanentemente a la grieta y a dividir a los argentinos; y en el medio quedan un montón de temas sin resolver, como las tarifas.
- Cuando han votado con Cambiemos, se los acusa de cogobernar, y cuando lo hacen junto al kirchnerismo, corren el riesgo de que se los emparente con el pasado. ¿No se sienten en una encrucijada?
- Tenemos que salir por arriba de esa grieta que quieren imponer aquellos que dividen permanentemente a la sociedad desde la lógica filosófica y comunicacional con Durán Barba a la cabeza. Hay que salir de esa lógica para ir a una lógica de solución de los problemas concretos. La grieta atenta contra la Argentina. Creer que porque un día votamos con alguien y al otro día votamos con otro uno está en esa grieta, no es así. Nosotros advertimos una insensibilidad muy grande por parte del Gobierno. La misma semana en la que discutíamos las tarifas pasaron dos hechos concretos que muestran el perfil del Gobierno: el tema de las retenciones, donde el campo puso el grito en el cielo y automáticamente no lo movieron; y el tema de la nafta, donde resulta que hay recursos para subsidiar y congelar la nafta, pero no hay recursos para el tema tarifario. El Gobierno se enoja cuando decimos que gobiernan para los ricos, o para ciertos sectores, pero lo demuestran en los hechos. Nosotros vamos a seguir dialogando, porque creemos en el diálogo como un pilar de la democracia. Pero el problema es que el Gobierno no sólo no quiere dialogar, sino que pretende profundizar la grieta. Y nosotros tampoco estamos del otro lado. ¿Alguien duda de que Pichetto trabajó con Cristina el proyecto de tarifas? Lo trabajamos con Marco Lavagna y después se sumó el kirchnerismo.
- Las idas y vueltas que generó el tema de la rebaja del IVA, ¿no generaron un quiebre en la relación con los gobernadores que ustedes dicen representar?
- Nosotros somos un bloque federal donde hay diputados muy ligados a los gobernadores y otros que no. Hay que ser respetuoso de las distintas realidades. Cuando uno está en un bloque donde los gobernadores son un eje importante, la variable federal -por ejemplo, en la discusión de las obras públicas o del Presupuesto- es una de las variables más importantes, pero no es la única. Esto no significa que nosotros tengamos uniformidad en todos los criterios. El tema de la rebaja del IVA fue planteado por Lavagna y por mi. Un grupo de provincias pidió que no se afecten sus recursos, y otras provincias pidieron que no se regularan las tarifas, sino este impuesto. Es parte de las discusiones legislativas. Quizá nosotros estamos acostumbrados a que estas cosas funcionen como escribanía, pero el Parlamento es un cuerpo colegiado que debe buscar consensos. Pasa con el tema del aborto: yo tengo compañeros que están de acuerdo con la despenalización, pero que no están de acuerdo con este proyecto de ley, y entonces aun estando de acuerdo con la despenalización no saben si lo votan. Esa es la complejidad legislativa. Por eso yo desdramatizaría la cuestión. Así como en algún momento hemos pedido desdramatizar el veto -sabiendo que es un error político, pero que son las normas de la democracia-, también hay que desdramatizar las propias diferencias que existen.
- ¿Cómo analiza el fenómeno Vidal? Es la principal figura de Cambiemos y el peronismo aspira a recuperar la provincia de Buenos Aires…
- Vidal ordenó muchas cuentas de la Provincia y en eso hay un mérito. Hay muy buenas intenciones en términos de recuperar el Fondo del Conurbano, algo que yo he discutido con ella y con funcionarios provinciales. Me da la sensación de que falta todavía patear el tablero en la Provincia para resolver muchos problemas de fondo. El Conurbano tiene dificultades muy serias: más de 1.100 asentamientos urbanos precarios, más de 1.000 basureros clandestinos, problemas de transporte, de vivienda, de agua. Además, los habitantes no sólo son originarios del propio Conurbano, sino que se convive con migrantes de otras provincias y también con inmigrantes. Por todo esto creo que el tema del Conurbano debe ser atacado como una política de Estado. No puede haber maquillajes; tiene que haber políticas de fondo muy profundas. En materia del juego, hay que cambiar la lógica y se lo dije a Vidal: hay que terminar con las maquinitas en los bingos, y hay que trabajar el tema tributario en lo que tiene que ver con el juego online. La Provincia también necesita planes de infraestructura y soy consciente de que en eso la gobernadora ha trabajado muy bien, aunque faltan mejoras en la calidad de los servicios públicos. Todos los gobernadores de la provincia de Buenos Aires han tenido una consideración muy buena por lo que significa a nivel institucional. Vidal tiene muy buenas intenciones. En algunas cosas se ha puesto firme y ha trabajado con dedicación, pero es insuficiente. Hay muchísimo por hacer y eso requiere de un gran consenso político.
- En el plano electoral, ¿cómo están trabajando en la elección del candidato del peronismo? ¿Va a haber PASO?
- Estamos trabajando fuerte para que lo que empezamos en Gualeguaychú, liderado por senadores con Pichetto a la cabeza y por otros dirigentes, se pueda consolidar. Eso significa fundamentalmente tener un programa común y empezar a delinear un proceso de selección de nuestros candidatos. No necesariamente tiene que ser sólo el peronismo; tiene que ser más amplio.
- ¿A quiénes deberían ampliarse?
- A otros actores políticos que de alguna manera puedan confluir en nuestras ideas. Y en ese contexto, delinear la forma por la cual elijamos al mejor candidato, que venga de una nueva generación, que sea coherente, que tenga la posibilidad de convocar a otros sectores, que sea suficientemente amplio para sumar expresiones partidarias provinciales u otros dirigentes de otros lugares. Somos muchos, pero no somos uno, y tenemos que ser uno. Está Cristina, está el macrismo, y hay muchos e interesantes que tenemos que ser uno.
- Este año el Presupuesto a debatir no será un Presupuesto más, en el contexto del acuerdo con el FMI. ¿Cómo se paran frente a esa discusión?
- La primera discusión que nos gustaría tener es que luego de que se firme todo el proceso, el ministro de Hacienda y su equipo nos expliquen cómo están las ejecuciones y las evoluciones presupuestarias de un Presupuesto que voló por los aires. Habría que comunicarle al presidente Macri que el Presupuesto que votamos hace seis meses no tiene nada que ver con la realidad, por error de ellos, por imprevistos o por impericia. Planteaba un dólar de 20,4 pesos y ahora está en 25, 26 pesos; planteaba una inflación de entre 8 y 12 puntos y hoy la inflación prevista es del 27%; planteaba una recaudación del 20,4% y está alrededor del 40%. Sería un gesto institucional, de avanzada y de transparencia explicar a los legisladores qué es lo que está pasando en materia presupuestaria. Yo he decidido presentar una serie de pedidos de informe con la idea de tener la mayor cantidad de información posible, porque quereos discutir la transparencia en los subsidios, la distribución federal de esos subsidios, la distribución de las obras. A diferencia de otros presupuestos que se votaron sobre la hora, hemos armado un equipo con Marco Lavagna y otros economistas para discutir en detalle cada punto del Presupuesto.
- ¿El acuerdo con el FMI será beneficioso para el país?
- La historia no dice eso. Yo no hubiese ido al FMI. Tanto el presidente de la Nación como el jefe de Gabinete dijeron en el Congreso que las cosas funcionaban, que Argentina estaba integrada al mundo, que lo peor ya había pasado, que había solidez financiera… y de un día para el otro nos desayunamos con que estábamos yendo al FMI. Ir al FMI no es prestigio: se va ahí cuando se está en una crisis. En el FMI no se discute un préstamo: se discute un programa económico. Dujovne no está discutiendo el plazo o la tasa, a lo sumo discute el monto. Lo que se discute es un programa económico, y el FMI es tan hipócrita que ahora dice que nosotros le llevemos el programa.
- El Gobierno hace una gran apuesta a los proyectos de PPP. Usted preside la bicameral de seguimiento de los contratos, ¿cuál será el rol de la comisión?
- La bicameral tiene un rol muy amplio de control antes, durante y después (de la ejecución de la obra). Convocaremos a una reunión la semana que viene para ver los alcances del control de la comisión, y que todos los diputados y senadores sepan qué tareas tienen que cumplir. A eso sumaremos un montón de pedidos de informes donde pretendemos evaluar por qué PPP y no otros instrumentos de contratación del Estado; cuál es el aporte de los privados; cuál es la tasa de interés del bono TPI (Títulos de Pagos con Inversión); cuáles son las condiciones de salida de los contratos; cuáles son las cláusulas por las cuales el que contrata o la empresa contratada pueden rescindir el contrato y qué costos eventuales o contingencias hay; y cuál será el régimen laboral, entre otras cuestiones. Esta será la propuesta de la presidencia junto con Pichetto, Carlos Caserio, Carlos “Camau” Espínola y Juan Carlos Romero. Queremos que el mecanismo funcione y para eso se necesita mucho control y que el Poder Ejecutivo esté a la altura de las circunstancias.