Tas la tragedia del senador Luis Naidenoff, la legisladora oficialista Natalia Fidel impulsó en la Legislatura porteña para establecer la obligatoriedad de la instalación de dichos detectores en todos los edificios que se construyan en la Ciudad a partir de 2019.
Tras los múltiples casos de muertes provocadas por la inhalación de monóxido de carbono y de gas que se dieron en el último tiempo, la legisladora de Vamos Juntos Natalia Fidel presentó en la Legislatura porteña un proyecto de ley que propone que sea obligatoria la instalación de detectores de monóxido de carbono y de gas en todos los edificios que se construyan en la Ciudad a partir de 2019.
Los detectores constituyen la herramienta más eficaz para prevenir este tipo de sucesos ya que el monóxido de carbono es altamente peligroso y no es detectable a través de los sentidos debido a que carece de olor, sabor, color, y no irrita los ojos ni la nariz.
Es por ello que la iniciativa propone que las nuevas construcciones solo puedan recibir el Certificado de Final de Obra si cada unidad cumple con la obligación de tener instalado un detector de monóxido de carbono en cada ambiente que cuente con bocas de conexión a la red de gas natural.
La medida -que también lleva la firma de los diputados oficialistas Mercedes de las Casas, Guillermo Suárez, Sol Méndez y Gastón Blanchetier-, ya había sido ingresada a la Legislatura en 2016 pero había perdido estado parlamentario. Este año, en el marco del tratamiento del Código de Edificación en la Comisión de Planeamiento Urbano que preside la legisladora de Vamos Juntos Victoria Roldán Méndez, el escenario parece ser más favorable.
Al respecto de la propuesta, Fidel explicó que “año tras año, con la llegada del clima frío también llega la noticia de nuevas muertes evitables por monóxido de carbono” y señaló que “sabemos que los detectores son la herramienta más eficaz para luchar contra este asesino silencioso y por eso impulsamos su obligatoriedad”.
Cabe destacar que según datos oficiales del Ministerio de Salud, anualmente alrededor de 200 personas mueren por la inhalación de este gas tóxico. En las últimas semanas varios casos cobraron estado público: primero la periodista Lucía Trotz, luego los familiares del senador nacional Luis Naidenoff y más recientemente el joven funcionario Miguel Bomchil, este último a causa de una pérdida de gas natural.