Muchos llegaron a poner en duda la realización misma de la sesión de este miércoles en Diputados, tras conocerse la noticia del fallecimiento de la madre del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. Fue la pregunta recurrente que circuló en la mañana del martes, pero pasado el mediodía las autoridades de la Cámara ratificaron que la sesión prevista se haría. Quienes se ilusionaban con la aprobación de proyectos tan importantes como la ley Brisa, la ley Justina y la de Regularización Dominial, entre otras de gran valor, respiraron aliviados.

La sesión arrancó presidida, como corresponde en ausencia del titular del Cuerpo, por el vicepresidente primero de la Cámara, el opositor José Luis Gioja, quien cumplió normalmente su tarea y fue reemplazado después de un par de horas por la diputada del Pro Cornelia Schmidt-Liermann, quien ya durante la sesión sobre el aborto ocupó un rato el máximo sitial de la Cámara.

Pero al promediar la tarde, Emilio Monzó sorprendió al llegar al recinto y sentarse en su lugar para cumplir la tarea que le corresponde, luego de despedir los restos de su madre. Allí estuvo hasta el final, bien entrada la madrugada. Algo que fue muy valorado por los legisladores, que lo saludaron en privado y públicamente: muchos le dedicaron un saludo especial al iniciar sus discursos: “Todos valoramos mucho su presencia hoy aquí y la vocación de servicio que tiene”, fueron, palabras más, palabras menos, las frases sentidas que le expresaron al presidente de la Cámara en un momento de tan profunda tristeza.

En Twitter, la secretaria administrativa Florencia Romano expresó el “orgullo” que le despertaba su jefe: “A la mañana, lo vi cargando el cajón de su mamá y apenas horas después preside la sesión. Me dijo que la mejor manera de honrar a su mamá es con los valores que ella le inculcó: trabajo, responsabilidad y compromiso”.