Los artistas se movilizaron –por tercera vez- hasta la Legislatura porteña para expresarse en rechazo de las modificaciones al Código Contravencional y aseguraron que el Gobierno busca “cercenar aún más los lugares donde poder trabajar”.
Tras el receso invernal, los artistas callejeros de la Ciudad marcharon a la Legislatura porteña -por tercera vez- para manifestarse en contra de las modificaciones al Código Contravencional, que fueron propuestas por el Gobierno del distrito capitalino. El conflicto se debe a que con los cambios que se prevén realizar en la norma, las denuncias por ruidos molestos que provengan de la vía pública podrán ser anónimas y se establecen multas que podrían alcanzar los dos mil pesos, cinco días de arresto o hasta diez días de trabajo de utilidad pública.
Durante la protesta hubo shows circenses, de malabares y una murga entonó varias canciones populares.
En ese sentido, los artistas consideraron que con la reforma “se reforzaría el accionar de las fuerzas represivas contra los artistas callejeros” y advirtieron que “es una medida más del plan de guerra llevado adelante por el Estado contra los trabajadores, de la mano del acuerdo con el FMI”. Asimismo, señalaron que “a la precaria situación que vivimos los artistas, se le suma la ofensiva del Gobierno para cercenar aún más los lugares donde poder trabajar y ejercer un mayor control sobre la calle y el espacio público”.
“Los ataques a los manteros y la persecución y arresto de músicos y artistas callejeros en todo el país es moneda corriente”, señalaron y aseveraron que “para el Gobierno del Ciudad, la música y el arte en la calle es ‘ruido molesto’ y, como tal, debe de ser erradicado”.
Cabe remarcar que el texto presentado por el Ejecutivo porteño prevé modificar el artículo 85 del Código de Contravencional, para que “quien perturba el descanso o la tranquilidad pública mediante ruidos que por su volumen, reiteración o persistencia excedan la normal tolerancia sea sancionado con uno a cinco de trabajo de utilidad pública o multa de 200 a mil pesos” mientras que “cuando el origen de los ruidos provengan de la vía pública la sanción será de dos a diez días de trabajo de utilidad pública, multa de 400 a dos mil pesos o arresto de uno a cinco días”.
“A partir de esta modificación del Código las denuncias pueden ser anónimas lo que es directamente darle vía libre a las fuerzas represivas para arremeter a su antojo contra los artistas que nos encontremos trabajando en plazas, peatonales o cualquier lugar público”, aseveraron.