El 23 de agosto es una fecha emblemática para nuestro pueblo. Una fecha que nos llena de orgullo y que nos hace mirar el camino recorrido de nuestros hombres y mujeres que expresan los valores forjados en la defensa de la patria.

Jujuy es la del Éxodo Jujeño, pero también es la artífice y protagonista de la defensa del portal norte de la patria, escenario recurrente de batallas y de héroes poco conocidos pero que, desde el silencio de la historia, fueron grandes hacedores de nuestra libertad.

Somos la provincia lejana, la del extremo Norte de la Argentina, muchas veces nombrada con una expresión condescendiente que engloba a “las provincias del norte”. Muchas veces hundida en un mar de prejuicios y preconceptos que asocian la distancia a la capital con atraso.

Pero en realidad somos la provincia que muestra orgullosa su identidad como expresión de esa trayectoria fecunda de temple, voluntad y esfuerzo, que hace tan valiosos a los hijos de nuestra tierra, de nuestra Pachamama.

Hoy somos Jujuy, energía viva, escenario de otros combates y luchas que ya no son por la libertad, sino por la paz, por el dialogo, por el aprovechamiento inteligente de nuestro potencial de recursos y por todas las acciones integradas en una visión que busca el posicionamiento estratégico de Jujuy en el mapa de la Argentina y como corazón geopolítico de nuestra América Latina.

Somos Jujuy, porque fuimos el éxodo, porque fuimos las batallas trascendentales de la independencia, porque fuimos matriz de la libertad, porque nacimos agradeciendo a la Pachamama, porque en un mundo que se despersonaliza, reconocemos el valor de nuestra cultura y nuestra tradiciones y las mantenemos vivas como parte de nuestra esencia y como base sobre la que cimentamos nuestro futuro.

Hoy conmemoramos este 23 de agosto renovando nuestro compromiso con esa identidad que no se conforma, que sabe de esfuerzos y de tesón para alcanzar sus metas. Estamos en ese camino y no vamos a detenernos. ¡Viva Jujuy!