Si bien la Ley 14.848 habla sólo de garantizar el acceso equitativo a cargos públicos electivos, resulta interesante observar las características de la participación femenina en las instituciones legislativas, considerando la existencia de estereotipos de género y “techos de cristal” en el acceso a puestos de mayor autoridad.

En el año 2016, sólo en la Cámara de Diputados se hallaban mujeres en ejercicio de cargos de autoridad, una como Vicepresidenta III y otra como Secretaria Legislativa.

En el año 2018, se observa un leve incremento del acceso de mujeres a cargos de autoridad de Cámara; no obstante lo cual dista de la equidad deseable.

Comparando el año 2016 y 2018, el porcentaje de mujeres en las Presidencias de las Comisiones Legislativas de la Cámara de Diputados quedó inalterado; 12 de 38 Comisiones, lo que representa un 31,6 %.

En cambio, en el Senado se observa un pronunciado incremento del 23,1% al 34,6% en la comparación 2016-18, las mujeres pasaron de presidir 6 a 9 de las 26 Comisiones Legislativas Permanentes que tiene la Cámara alta. Sólo el 32 % de diputadas ejercen el cargo de presidencia de Comisiones. En ambos casos se evidencia la existencia de dificultades en el acceso a tales puestos de poder, que debería rondar el 50 %.

En cuanto a las áreas temáticas, los datos muestran que las mujeres presiden Comisiones asociadas a roles de cuidado y reproducción, mientras que los varones presiden las relacionadas con la producción y preservación del sistema; visibilizando la clásica división sexual del trabajo en la asignación de espacios de poder parlamentarios.

Los porcentajes de representación crítica, inferior al 30 %, son importantes. Si bien disminuyeron, las cifras siguen siendo muy elevadas, el 36,8%. Como dato alentador ha disminuido la cantidad de Comisiones sin representación femenina, de 10,5% a 2,6% y ha aumentado la representación moderada, de 18,4% a 34,2%.