Poco más de tres meses duró Luis “Toto” Caputo en el cargo para el que fue designado para reemplazar a Federico Sturzenegger, el 14 de junio pasado. Durante ese tiempo debió lidiar con una interminable corrida cambiaria y nunca alcanzó a visitar el Congreso. Sí lo había hecho varias veces antes durante la gestión de Cambiemos.

Había asumido el 10 de diciembre de 2015 como secretario de Finanzas, y como tal visitó varias veces el Parlamento para brindar diversos informes en comisiones, secundando a su amigo el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Cuando éste dejó el cargo, en diciembre de 2016, Mauricio Macri subió el rango de Finanzas a ministerio, y la cartera de Hacienda se desdobló entonces, quedando en manos de Nicolás Dujovne la misma, y Finanzas, como dijimos, en las de Caputo.

Durante su paso por la función pública, la oposición lo tomó constantemente como destinatario de denuncias. Las primeras fueron por el dólar futuro: diputados del bloque FpV-PJ acusaban al entonces secretario de Finanzas por haberse beneficiado de la devaluación cuando Mauricio Macri llegó al poder a través de su fondo de inversión AXIS.

En noviembre de 2017, el kirchnerismo la emprendió por lo que definió como “un nuevo escándalo internacional” como los “Paradise Papers”. La denuncia recayó en el juzgado a cargo de Julián Ercolini, con la intervención del fiscal Carlos Rívolo. En ese marco, el diputado nacional Rodolfo Tailhade afirmaba en febrero de 2018 que el ya ministro de Finanzas no podía seguir “un minuto más” por “estar a la cabeza de un conglomerado de sociedades offshore que además suscribieron bonos de deuda en cuya emisión el propio Caputo participó”.

“Está probado de manera irrefutable que Caputo era dueño de un conglomerado de offshores que manejó más de 300 millones de dólares en negro, y además nunca lo incluyó en sus declaraciones juradas”, señaló Tailhade y recordó que también está constatado que “compró cinco millones de dólares del bono de deuda que él mismo emitió a cien años y con una tasa abusiva”.

En febrero de este año el massismo se sumaba al reclamo de renuncia contra el ministro Caputo, a propósito de la información de que habría sido accionista de cuentas en sociedades off shore antes de asumir en la función pública. En ese marco, el kirchnerismo pidió por primera vez el 14 de febrero la interpelación de Caputo a través de un proyecto de resolución que instaba a citarlo “para que informe verbal y documentalmente sobre los distintos puntos vinculados con su participación accionaria en sociedades offshore y su omisión de declararlas en sus declaraciones juradas presentadas ante la Oficina Anticorrupción”.

Puntualmente, se buscaba saber “cuál fue su participación accionaria en la sociedad offshore Princess International Global Ltd, especificando durante qué período tuvo participación en la misma y de qué modo se vinculaba con la sociedad Noctua International WMG LLC, gerenciadora de fondos de inversión con sede en Miami”.

El 14 de marzo, durante su primera presentación del año en la Cámara de Diputados, Marcos Peña admitió que Caputo se presentaría ante el Congreso. Lo hizo tras la solicitud del salteño Pablo Kosiner. Sería la semana siguiente, aunque la visita se postergó. Finalmente Luis Caputo se presentó ante la Comisión Permanente de Seguimiento y Control de la Gestión de Contratación y de Pago de la Deuda Exterior de la Nación el 4 de abril. Allí defendió el gradualismo y aseguró que la deuda iba a empezar a “descender” en 2021. En se marco rechazó las denuncias en su contra afirmando que “si hubiera querido favorecerme, me hubiera quedado en el sector privado”.

Durante su presentación, y ante un planteo de Axel Kicillof, sostuvo que contar con sociedades offshore “no es delito” y dijo tener “todo bien declarado”.

Lo cierto es que esa presentación terminó en un verdadero escándalo que obligó al levantamiento de la reunión. Fue ante la insólita situación planteada cuando el funcionario le envió un mensaje a la diputada kirchnerista Gabriela Cerruti a través de un “papelito”.

Cuando ya habían pasado más de tres horas del encuentro, desarrollado en el Salón de las Provincias, Cerruti saltó de su silla a los gritos, mostrando el papel que el secretario de Caputo le había enviado, con la inscripción: “Mis hijas tienen 11 y 13 años. No seas tan mala”, acompañado por una carita feliz. La legisladora explotó y el presidente de la comisión, el senador justicialista José Mayans, comenzó a pedirle que se sentara. “Si no hay orden levanto la sesión”, repetía el formoseño, cuando el ministro, a su lado, le dijo: “Igual levantala porque nos vamos”. “El ministro pide levantar por el tema del compromiso”, expresó Mayans.

Cerruti consideró que la actitud de Caputo fue “machista, misógina” y porque “no quiere responder; le faltaban un montón de cosas por aclarar”. “Estaba mintiendo desde el primer momento. Intentó pudrir la sesión con esto, hizo una banalización”, reclamó. En tanto, el jefe del FpV-PJ en Diputados, Agustín Rossi, señaló: “Es una manera absolutamente impropia de referirse a una diputada”. “Que se vaya del Gobierno. No puede un ministro tratar así a una diputada”, manifestó, pidiendo la renuncia de Caputo.

Más tarde, Caputo pidió disculpas y explicó que había reaccionado como padre. “Me vengo comiendo mentiras una atrás de la otra hace meses, pero que se metan con la familia…”.

Durante su paso por la administración pública, Caputo también contó con fuertes respaldos, como el que en su momento le brindó Elisa Carrió, para quien el ahora exfuncionario “nos salvó de un abismo”.