El río Rubicon, que atraviesa la zona es el que, justamente, le dio el nombre al más extremo de los vehículos de la gama Jeep destinado al empleo fuera de camino: el Wrangler. También le da la nominación al sendero de off-road que más dificultades opone a los que a modo de desafío se proponen afrontar: el Rubicon Trail, un antiguo paso de piedra viva con el vadeo de un torrentoso río, utilizado desde los tiempos precolombinos y luego por los buscadores de oro para pasar desde los actuales estados de California a Nevada.

En 1952, se realizó la primera travesía de usuarios de jeep entre Georgetown y el lago Tahoe. Así nació el Jeep Rubicon Trail, un evento anual que se celebra todos los veranos. Hoy, FCA el fabricante de los Jeep, sigue convocando a clientes de todo el mundo al Test Drive Jeep Wrangler Rubicon para un brutal recorrido de 22 millas, con sus vehículos, que están entre los pocos de serie capaces de afrontar semejante esfuerzo. Este año fueron más de 150 los valientes, a los que se les requiere que sus Wrangler estén equipados con sistema de tracción 4×4, ruedas de por lo menos 33 pulgadas, diferencial trasero, chapones para proteger al motor, la transmisión y otros componentes esenciales, sistema de remolque así como ganchos para remolcar o ser remolcados y radio CB, entre otras cosas.

Los modelos Rubicon 2018, salen de fábrica con todo ese equipo especial para el manejo off-road y pueden tener el motor V6 Pentastar de 3.6 litros, que produce 285 caballos de fuerza, acoplado a la transmisión automática de 8 velocidades o JL 2.0 Turbo de 270 CV y 40,8 kgm, con cajas automáticas o manuales de seis cambios, la entrada de gama de la versión que gracias a la doble tracción desconectable, la caja reductora y el bloqueo de los diferenciales delanteros y traseros, se erige como la más extrema del modelo.

¿En qué se diferencia un Rubicon de un Wrangler común? Para empezar, tiene dos ejes diseñados para trabajo pesado; también posee una caja de transferencia más corta en la reductora y las trochas son seis centímetros más anchas. Además de serie con neumáticos BF Goodrich Allterrain 285/70R17.

Lo que fue a principios del siglo pasado una ríspida carretera usada por aventureros para cruzar la Sierra Nevada al norte de California, sigue formando parte del sistema de rutas oficial, pero hace muchas décadas que dejó de ser mantenida por el Departamento de Transporte y Red Vial. Por lo tanto transcurre por lugares en los que a primera vista es imposible la circulación; pero el alto nivel de ingeniería y capacidad off-road del Jeep Wrangler, con su carrocería de aluminio alivianada en casi 100 kilos con respecto a la generación anterior, permite salir airoso de la prueba a los rudos Jeep, a los que en muchos casos se les desmontan las puertas y aún los techos, innecesarios para la extenuante prueba.

Los que afrontan la experiencia, muy pronto se dan cuenta que va mucho más allá de lo imaginable en cuanto a las dificultades que se van presentando; una sucesión interminable de gigantescas rocas, exige un manejo de muchísima concentración y una infinita paciencia para llegar con éxito al final.

Hay que realizar movimientos muy precisos con el volante y dosificar con extrema sensibilidad los pedales de freno y acelerador, sobre todo en los puntos más complicados, donde experimentados instructores indicaban minuciosamente el lugar exacto por donde se puede continuar la marcha. Así y todo, hay sectores donde es inevitable alguna “colgada” sobre el chasis o alguna protección de los bajos, que sin embargo puede solucionar el bloqueo total de los diferenciales, o con el auxilio de la desconexión de la barra estabilizadora delantera para darle más recorrido a las suspensiones.

Tan demandante es la prueba, que si se hiciera a pie, se tardaría bastante menos que con el vehículo. Pero el espíritu deportivo es el que priva y es lo que empuja a los intrépidos conductores a incorporar a su experiencia esta prueba inolvidable, uno de los desafíos más grandes que se puedan acometer sobre cuatro ruedas.