Al malestar generado dentro de Cambiemos que hizo caer la sesión en la Cámara de Diputados, se sumó la falta de voluntad política de realizar la última sesión del año en el Senado. Este miércoles no hubo reunión de Labor Parlamentaria y la semana próxima tampoco se estima que haya actividad en el recinto de la Cámara alta, en plena previa de la cumbre del G-20.

La oposición más dura insistía con la posibilidad de incorporar a la reunión el dictamen de la Bicameral de Trámite Legislativo sobre la derogación del Fondo Federal Solidario, y con esa amenaza ya se le complicaba al oficialismo la decisión de hacer nuevamente una sesión especial y no de carácter ordinaria.

También faltaba acuerdo sobre el proyecto de una nueva ley de financiamiento de los partidos políticos, aunque contaba con dictamen de comisión. “Solo puede salir en el marco de un consenso político”, dijo el jefe del PJ, Miguel Pichetto, en diálogo con la prensa acreditada luego de que fracasara la convocatoria por el desafuero de Cristina Kirchner.

Con muy bajas posibilidades de abrir el recinto nuevamente, quedaría además sin tratarse este año la regulación de la actividad de lobby, otro proyecto con dictamen, y la designación del procurador general de la Nación. Es que nunca logró despacho en la Comisión de Acuerdos el pliego de Inés Weinberg de Roca, la candidata propuesta por el presidente Mauricio Macri.

El Gobierno no pretende convocar a sesiones extraordinarias ni en diciembre ni en febrero, con lo cual de no reunirse la semana que viene -última del período ordinario-, el Senado habría cerrado el año con la sanción del Presupuesto 2019 y el paquete económico.