El Partido Celeste, impulsado por organizaciones “pro vida”, avanza con su inscripción legal en el principal distrito electoral del país, la provincia de Buenos Ares. “Hemos comenzado los trámites y presentaremos los 8 mil avales que obliga la ley para participar de las PASO”, sostuvo el presidente de dicha agrupación, Raúl Magnasco.

“Son cientos de miles los Argentinos, que respaldaron la defensa de la vida, y ahora ellos tendrán la oportunidad de sentar en el Congreso a sus representantes” indicó, el dirigente.

En este sentido, Magnasco resaltó que quienes impulsan el Partido Celeste aun recuerdan cuando el oficialismo “intentaba convencer al electorado” de que con la actual fórmula, “Argentina finalmente marchaba hacia un ‘bipartidismo’, tan característico de democracias maduras como la de los Estados Unidos, aunque sin ocultar que se trataba, probablemente, de una expresión de deseo antes que de una realidad patente”.

Por esto para el dirigente, a poco de culminar el tercer año de la actual gestión, “la incertidumbre gana la calle día a día, entre las reiteradas idas y vueltas políticas, y la galopante crisis económica por un lado, y el obsceno nivel de corrupción con que los gobernantes anteriores parecen haber alcanzado un nuevo record mundial digno del libro guinness, una sola cosa resulta evidente por estas horas: tal bipartidismo no existe, y mucho menos representa a nadie”, manifestó.

Asimismo, tras advertir la debilidad del oficialismo “que no resiste la presión de las minorías, muchas de ellas financiadas por multinacionales extranjeras”, y la fragmentación de la oposición “teñida de la mas exigua representatividad de la historia”, sostuvo que la Argentina “se encamina una vez más hacia la incertidumbre de un destino que solo puede ser superador si es asumido con el compromiso de su propia gente, de los ciudadanos comunes”.

“El 8 del 8 nos dejó una enseñanza valiosa: construir un país mejor es posible, pero requiere esfuerzo y compromiso. Hoy los indignados avanzan hacia la concertación de un espacio político propio, diferente, que termine de una vez y para siempre con la decadencia de la inmoralidad en que se ha convertido la política argentina. La ola celeste gana cada vez más espacio y hace falta, ya que si seguimos eligiendo siempre a la misma clase de dirigencia política, no hay razón para pensar que el destino sea diferente. Por una vez intentemos construir nuestro propio destino, y desarrollar esos laureles que, al menos este año, supimos conseguir”, cerró el dirigente celeste.