La diputada nacional Elisa Carrió admitió que la Argentina no podrá salir rápido de la recesión porque ello implicaría que subiera la inflación. Con todo, anticipó que la situación irá mejorando “a partir de junio, julio, agosto”, y que a fines de año “vamos a estar mejor que ahora”.

Señaló que la inversión está esperando para venir a la Argentina “saber si gana Macri o gana Cristina. Es decir, si somos Maduro o si vamos a esta concepción republicana”.

Tras resaltar que tuvimos “la primera Navidad en muchísimos años pacífica”, éxito que atribuyó a la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley y al propio papa Francisco, recordó que cuando en octubre se vivió lo que considera fue un intento de “golpe cambiario y político”, ella estuvo junto a Mauricio Macri. “Porque la gente cree que yo me peleo con el presidente. No, yo garantizo la institucionalidad. Después se puede discutir todo lo demás”.

Entrevistada por La Nación, Carrió atribuyó el intento de golpe del que habla a “los sectores corporativos de siempre, que estuvieron en todos los golpes”, y apuntó que su batalla contra la corporación política ya fue dada. “Todos los que yo denuncié en estos años están presos”, sostuvo, para aclarar luego que solo le queda Aníbal Fernández, sobre quien “estamos trabajando silenciosa y arduamente”.

Sobre su relación con el presidente, recordó que estuvo muy junto a él “cuando vino el golpe devaluatorio”, y aseguró que “las reuniones con él son muy divertidas. El me reta, yo lo reto”. Dijo que lo trata como a su hermano menor, porque es ingeniero. “Nos decimos todo y además no lo dejo hablar”, agregó.

Carrió contó que en su última reunión celebrada en octubre “me hice la enojada. Le pedí el juicio político a (Germán) Garavano, pero en realidad era para impedir el pacto de impunidad de Menem. Le pego a Garavano, pero en realidad le estoy pegando a todo el proceso de impunidad, que podía ser un pacto originado desde Pichetto con algunos sectores del gobierno”.

Volvió a criticar al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, por reivindicar “la rosca política”. Ella dijo creer en “la negociación política inteligente”, y que el rescate que él hace de la rosca la aleja “definitivamente” del presidente de la Cámara, de quien dijo que “no quiere que yo hable porque dice que hago líos, pero también salvo gobiernos”.

Carrió anticipó que se va a dedicar de lleno a la campaña para la reelección de Macri y que ella no va a postularse más. En tono autocrítico, consideró que las Lebac “fueron un error”, y consideró que la crisis actual “la tendríamos que haber tenido antes, para sanear más la economía”.

“Hemos fallado en la lucha contra el hambre, por eso estoy trabajando con los bancos de alimentos”, agregó.

Advirtió en otro pasaje que si regresa el kirchnerismo al poder “te vas a Rusia, o Maduro”, y aunque aclaró que no puede ganar, “esa es la amenaza”.

Consideró un prejuicio lo de la mayoría peronista en la Corte Suprema, y consideró a Horacio Rosatti “un gran jurista”, aunque sugirió que deberían “bajar un poco los decibeles del prestigio”. Reiteró que Elena Highton “fue maltratada y coaccionada por (Ricardo) Lorenzetti”, pero que ella no quiere decirlo. De Juan Carlos Maqueda señaló que es “una buena persona apegada al derecho”, y del presidente, Carlos Rosenkrantz, dijo conocerlo menos, pero lo consideró un “Nino boy”. Y tras señalar que “Macri no se tiene que enojar por un Poder Judicial independiente”, reiteró que Lorenzetti es “la figura siniestra”.