En la previa de la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el presidente Mauricio Macri cumplió con su tradicional ritual y recibió en la quinta de Olivos a diputados y senadores de Cambiemos, a quienes dio un mensaje de aliento en medio de una coyuntura económica complicada.

Macri fue el único orador del mitín. Rodeado por la vicepresidenta Gabriela Michetti, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y los jefes de los bloques de diputados y senadores, Mario Negri y Luis Naidenoff, el mandatario habló breves minutos.

Pidió a sus legisladores “seguir apostando a pesar de las dificultades” y ratificó que “éste es el camino”, según fuentes que participaron del encuentro. Habló de un “año histórico” para la Argentina y de un “desafío” para Cambiemos en aras de “demostrar que todo el sacrificio realizado valió la pena”.

Además, el presidente remarcó que Argentina “está mejor que hace tres años” e insistió en la idea de que el kirchnerismo llevaba al país hacia un destino similar al de Venezuela. Para marcar un contraste, resaltó que este año se recibió “el apoyo unánime del G20”.

También se refirió a la obra pública y precisó que solo en la provincia de Buenos Aires hay 178 en curso, “aunque (María Eugenia) Vidal diga que hacemos más en el resto del país”, bromeó. La gobernadora bonaerense fue una de las presentes, al igual que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y todo el Gabinete.

La ausencia más llamativa fue la de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Tampoco figuró en la foto el jefe del bloque Pro, Nicolás Massot, quien se retrasó por un accidente de tránsito, aclararon en su entorno. El menú fue sencillo: empanadas, panchos, pizzetas y otras variedades saladas.