Cuando el oficialismo intentó hacer caer la sesión pidiendo votar una moción de orden, Graciela Camaño estalló indignada, emprendiéndola contra el titular de la Cámara, Emilio Monzó. Así las cosas, presentó contra él una cuestión de privilegio atribuyéndole “sumisión” a los dictados del oficialismo. Sin embargo, cuando luego se consiguió quórum para mantener la sesión y Monzó evitó realizar la votación pedida desde el oficialismo, Camaño retiró la cuestión de privilegio y terminó valorando la actitud del diputado del Pro.

Pero minutos antes había sido muy dura su embestida. La jefa del bloque Frente Renovador le había atribuido minutos antes al presidente de la Cámara “no entender que somos un poder del Estado, de creer que porque se es oficialismo se es lacayo del Ejecutivo”. En ese marco, dijo que “lo que están haciendo no lo he visto jamás, y he visto humillaciones en esta casa. No lo he visto jamás”.

“Que se siente sobre la llave de esta casa y no la abra, no lo he visto jamás con ningún presidente”, enfatizó Camaño, que recordó que cuando fue reelecto el año pasado se le había hecho como único pedido que abriera el Congreso. “Que más allá de sus cualidades personales tenía una obligación con todos nosotros y con todo el pueblo de la Nación que nos puso en estas bancas. Lo que está haciendo se vulnerar lo que el pueblo quiere decir”, endilgó.

Camaño habló de “actitud antirepublicana”, y le endilgó al oficialismo “llenarse la boca hablando de República” y no respetar la división de poderes. En cambio, dijo que “aguantándose cualquier discurso todos los gobiernos han abierto las puertas de este recinto para que se discuta, se vote, se gane o se pierda. ¡No puede seguir mostrándose a nosotros cobrando ingentes sumas de dinero mientras no hacemos un carajo! Porque el pueblo está en problemas, si no se dieron cuenta”.

Luego de emprenderla contra la política económica que dijo que está signada por las instrucciones del Fondo Monetario Internacional, le reprochó al oficialismo “no permitir que el Congreso funcione”, y preguntó al oficialismo si “no les da un poco de vergüenza que les digan lo bien que viven sin laburar. A mí sí me da vergüenza”.

“Damos vergüenza, a pesar de las sonrisas socarronas; dan vergüenza porque los que llevaron la llave (del Congreso) a Balcarce 50 son ustedes”, insistió. Para finalizar, volvió a emprenderla contra Emilio Monzó: “Lamento presenciar la manera en la que su palabra se ha devaluado; lo lamento firmemente porque lo consideraba un dirigente político de valía… Y lo que está pasando hoy acá es que indudablemente tienen más peso Balcarce 50 y el señor (Marcos) Peña que quien nos representa ahí. Lo lamento por usted en lo personal, pero por la democracia fundamentalmente”.

Cuando minutos después la situación fue salvada porque la oposición logró llegar al quórum sin que el presidente del cuerpo hubiera aprovechado antes para hacer la votación reclamada por su propio bloque, volvió a pedir la palabra Graciela Camaño para decir que retiraba su moción de privilegio, y remató: “Me siento muy satisfecha de que honres tu palabra, Emilio”.