Se cumple este viernes un año de una jornada histórica en el Congreso, cuando la legalización del aborto en Argentina estuvo más cerca que nunca de concretarse. La sesión en la Cámara de Diputados comenzó a las 11.23 del miércoles 13 de junio de 2018, y culminó casi un día después con la media sanción del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo.

“Afirmativo”, marcó el tablero a las 9.51 del jueves 14, e inmediatamente celebraron los diputados que apoyaron la ley. Fue una postal inusual en la que legisladores de diferentes bloques se fundieron en abrazos cargados de sonrisas y lágrimas. En las calles, una marea verde explotó de euforia al ver el resultado por pantalla gigante.

Las últimas horas antes de la votación habían sido agitadas: aunque con escaso margen -un margen que se fue reduciendo con la definición de los llamados por esos días “indecisos”- se imponía el “no”. Pero el quiebre en la tendencia se produjo cuando el puntano José Luis Riccardo y los pampeanos Melina Delú y Ariel Rauschenberger anunciaron que votarían positivamente.

Previo a la histórica sesión, pasaron por la Cámara baja cientos de expositores durante dos meses, en plenarios de cuatro comisiones. La discusión de la iniciativa generó fuertes lazos entre diputadas de distintas bancadas (“las sororas”), quienes gestionaron negociaciones y se pusieron al frente de la búsqueda de consensos con sus pares.

El proyecto pasó al Senado y fue allí donde, finalmente, resultó rechazado en la madrugada del 9 de agosto. Tal como se preveía en ese momento, este año el Parlamento no retomaría el tema. Con todo, en mayo pasado militantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito presentaron por octava vez el proyecto. Los impulsores de la ley tienen expectativas de que el próximo año, con una nueva composición en ambas cámaras, avance el debate.