El jefe del bloque Movimiento Evita afirmó que el país “está en emergencia” y enfatizó que “el hambre es un problema moral” en Argentina. “Tenemos que empezar a producir políticas que nos permitan resolver esto de fondo”, dijo.
El jefe del bloque Movimiento Evita en Diputados, Leonardo Grosso, salió al cruce del candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Pichetto, quien consideró que “Argentina tampoco es Biafra” al referirse al reclamo por la emergencia alimentaria.
En su discurso durante la sesión de este jueves, el legislador -quien trabajó en la motorización del proyecto- lanzó: “El senador Pichetto tiene razón, esto no es Biafra, esto es la Argentina de Mauricio Macri y de Cambiemos”.
El legislador habló de una “sensación contradictoria” al debatir la ley, ya que confesó sentir “algún grado de satisfacción porque se empieza a dar una respuesta institucional a un problema que es acuciante y que venimos planteando hace un año en el Congreso, y que las organizaciones sociales vienen planteando hace más de un año”.
Pero al mismo tiempo, “estamos en el mediodía y hay un montón de gente que no tiene para almorzar. Hay gente que esta noche no va a tener para cenar. Unas 3.600.000 personas están por debajo de la línea de indigencia. La mitad de los niños son pobres. Uno de cada tres niños, niñas o adolescentes, para cumplir con su canasta básica alimentaria, tienen que asistir a un comedor comunitario”.
“Estamos declarando la emergencia alimentaria porque tenemos que reconocer que tenemos un país en emergencia”, enfatizó Grosso, que además subrayó que “cualquier política pública que se defina o que se lleve adelante para combatir el hambre, es una política pública que llega tarde”. “Y lo digo porque algunos se han jactado de dar el debate, o de dar quórum, o aportar los dos tercios. Estamos llegando tarde porque hay gente que no come”, continuó.
El diputado consideró que este “es un problema de todos” y criticó que “trataron de meter el hambre en la grieta, trataron de decir que había un problema fiscal con esta ley. El hambre no es un problema político partidario, el hambre en Argentina es un problema moral; porque producimos alimento para diez veces nuestra población y no podemos garantizar que 40 millones coman bien y barato”.
En ese sentido, reflexionó que “tenemos que empezar a producir políticas que nos permitan resolver esto de fondo” y “tenemos que aprovechar esta discusión para construir un nunca más del hambre”. Finalmente agradeció a las organizaciones sociales y a las mujeres que abren sus casas como comedores, y reclamó que “el hambre no sea la variable de ajuste que pagan los pobres”.
